'Huevo podrido'. Cuáles son las razones por las que existe mal olor en algunas zonas de Tigre y San Fernando

El arroyo Patagonia, uno de los cursos de agua que desembocan en el Río Reconquista

"Yo a la noche no puedo invitar gente por el olor, que es el típico olor a huevo podrido. Uno sale a la mañana al jardín y siente un olor nauseabundo, es muy penetrante", describe Emilio Sojo , de 77 años, que vive en Tigre , en un barrio cerrado cercano a uno de los tres frigoríficos que allí habitan. A pocos metros de ahí, en el barrio Las Tunas , Mariel Grimaldi , de 33 años, también convive con el olor: "Hay veces que es demasiado intenso, y otros días casi no se siente", asegura.

Mariana Navajo , de 45 años, que vive en San Fernando , a pocas cuadras del frigorífico Ecocarnes , dice algo similar: "Nosotros estamos acostumbrados: cada tanto te viene un olor que te querés morir, pero esto es así desde que nos mudamos acá hace ya 10 años".

Vista aérea de los piletones a donde el frigorífico Ecocarnes, en San Fernando, vierte los desechos de la faena que luego llegan al Río Reconquista

En esos dos municipios ubicados en la provincia de Buenos Aires , los vecinos de algunos barrios cerrados, pero también de barriadas más humildes, se quejan por el olor a "huevo podrido" que se huele, dicen, casi a diario, sobre todo a la noche y durante la madrugada. Las quejas apuntan a tres grandes frigoríficos que se instalaron allí antes de que se urbanizaran sus inmediaciones —antes de eso era una zona exclusivamente industrial—. Se trata de El Rioplatense, Ecocarnes y la Planta Faenadora Bancalari .

Estas industrias empezaron a funcionar en 1950, 1962 y 1970, respectivamente. Los barrios privados, en tanto, se empezaron a desarrollar a fines de la década del 90 y los primeros vecinos se mudaron allí a partir de 2000. No sucede lo mismo con el barrio Las Tunas , que está frente a El Rioplatense. Allí las primeras casas se instalaron en 1950 y eran de trabajadores que llegaron atraídos por las oportunidades laborales.

Estas industrias vierten, de manera directa o indirecta, los efluentes derivados de la faena al Río Reconquista. Se trata de una mezcla de bosta, grasa y sangre que antes de llegar al río atraviesa distintos procesos. Pero el tratamiento de esos desechos no alcanza para eliminar del todo el mal olor . Sin embargo, según pudo saber LA NACIÓN , si bien estas empresas han tenido infracciones, y en algunos casos hasta clausuras, hoy todas están habilitadas para funcionar por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible de la provincia de Buenos Aires (OPDS) y cumplen con los parámetros exigidos...

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