Las huellas de El Principito: esa historia de Saint-Exupéry que nació en la Argentina

Un artículo de una revista francesa, fechado en diciembre de 1932 y firmado por Antoine de Saint-Exupéry, se titula: "Princesas argentinas", y cuenta sobre dos jovencitas que vivían en un castillo en la provincia de Entre Ríos, tenían domesticados dos zorros y algunas víboras, y su madre cultivaba rosas. Es el punto de partida para los investigadores que afirman un dato que muchos argentinos aun ignoran: la experiencia vivida por el escritor francés en la ciudad entrerriana de Concordia fue inspiradora del libro más vendido y traducido en todo el mundo después la Biblia: El Principito.

Muchos de los elementos que prueban ese vínculo fueron reunidos por el cineasta Nicolás Herzog en el documental Vuelo nocturno. La leyenda de las princesitas argentinas, estrenado localmente en agosto último (se lo podrá ver de nuevo en Buenos Aires el domingo 10, a las 19, en el Centro Cultural Recoleta) y ganador del Premio Rubino Rubini en el Festival de Cine Documental Sole Luna, en Treviso, Italia.

"Crecí en la ciudad de Concordia donde convivimos con mitos y leyendas en torno del castillo de San Carlos", cuenta a LA NACION Herzog al referirse a las ruinas de una mansión de estilo Luis XV construida por el hijo de un rico banquero francés, Eduardo Demachy, en 1888, en una de las zonas más altas de lo que hoy es el Parque San Carlos, a orillas del río Uruguay, en esa ciudad entrerriana. Demachy y su familia abandonaron la vivienda que pasó a manos del Estado, fue alquilada durante algunos años y saqueada e incendiada después. Pero antes de convertirse en el castillo de los fantasmas, como era conocido por los vecinos, la familia Fuchs, inquilina para diciembre de 1929, recibió la visita del después famoso autor del pequeño príncipe. "Había aterrizado en un campo y no sabía que iba a vivir un cuento de hadas", escribe Saint-Exupéry en el capítulo "Oasis" de Tierra de hombres, libro de relatos sobre los viajes que había hecho como piloto aeropostal.

"En un momento determinado me dieron ganas de indagar qué había pasado e hice una especie de viaje hacia atrás con todo lo que se había producido en torno a esa historia", continúa el cineasta, quien confirmó que tenía una película entre manos cuando accedió a unos audios en los que el mismo Saint-Exupéry describe su intención de hacer una película que unifique los relatos de Tierra de hombres. Se trata de grabaciones que el escritor enviaba al director de cine Jean Renoir para un proyecto fílmico que nunca vio...

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