Esto huele muy mal, huele cada vez peor

Confieso que no sé por dónde empezar, si es que quiero empezar. Tengo la tentación de poner una excusa, tipo "no me estaría sintiendo bien", y despedirme hasta el próximo sábado. Porque esto huele peor que Dinamarca. Deprimido por la sucesión interminable de pálidas, le prometí a Gaby Cerruti que si me tiraba una buena noticia le garantizaba el arranque de la nota . "La tengo, anotá. Hay menos pobres: 37,3%. Es cierto, son más que los que había con Macri, pero menos que el mes próximo".

Entendí lo que quiso decir: inflaciones como la nuestra son la forma más eficaz de arrojar a millones de personas a la pobreza. "¿Vos y toda la derecha querían un ajuste? ¡Ahí lo tienen!", se me enojó Gaby. Como Alberto culpó por la suba de los precios a "los diablos", y Feletti admitió que no puede "hacer milagros", el alza del costo de vida ha adquirido una dimensión sobrenatural. Lógico: está todo por las nubes. De paso: las cifras de pobreza, inflación y desocupación han empezado a ser cuestionadas. El gobernador de Corrientes dice que es imposible que allí la cantidad de pobres haya caído del 43 al 27,3%, como informó el Indec; calcula que la cifra real es 41%, casi 14 puntos más. Y que tampoco es creíble que en la capital provincial haya apenas un 2% de desempleo. Yo confío en Marco Lavagna, jefe del Indec; pero me pregunto si él confiará en los números que nos están dando. Por suerte, este fin de semana debutó el VAR.

Atravesamos una tormenta casi perfecta. En el Frente de Todos siguen a las patadas, abiertamente, sin disimulo: Cristina un día manda a hablar a Hebe, otro día a Máximo, otro al Cuervo Larroque o a Grabois, que disparan contra la bandera blanca que parece levantar el profesor ; me cuentan que, consumada libretista, indica a cada uno lo que tiene que decir, dónde tiene que pegar. De esas trifulcas callejeras pasa a la alta política y recibe al embajador del imperio, Marc Stanley, que al volver a su oficina en Palermo pide atención médica por el contacto estrecho y en su reporte a Washington solo escribe: " My God !!!". Más abajo de esos rayos y centellas, la vida se vuelve tempestuosa: el acampe de once cuadras, cientos de carpas y miles de personas organizado por agrupaciones de izquierda tomó por asalto la 9 de Julio durante dos días y promete volver, cuadro que hace las delicias de la vice: un paisaje del conurbano menesteroso transportado al centro de la ciudad de los helechos con luz y agua. Falta gasoil en el interior y los camiones...

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