El hoyo 8, rodeado de arena y fascinación

TROON, Escocia (De un enviado especial).- El camino de ida de Royal Troon está lleno de Bunkers. Cuatro de ellos (son diez en total) protegen las cercanías del hoyo 8, bautizado como "Postage Stamp", la Estampilla Postal. Si todo el trazado es angosto, aquí se llega al colmo de la delgadez. Son 123 yardas que siembran el terror en los jugadores más avezados. Un par 3 que en 2004, último año del British Open aquí, arrojó un promedio de 3,09 golpes.

Dicen que sólo basta caer en una de las trampas de arena para olvidarse de salvar el par. Por eso es de lo más tentador intentar el hoyo en uno. La Estampilla deja poco espacio para ubicar la pelota en el green y la propia guía del club aclara que "no hay una forma segura de jugar este hoyo". Honestidad brutal.

Lo fascinante del 8 es que tanto puede atraer a la gloria como hundir en la peor calamidad. Como aquel final del Open de 1999, en Carnoustie, en el que el francés Jean Van de Velde se consagraba si hacía 6 golpes en un par 4 y terminó haciendo triple bogey, para ir a un desempate con el escocés Paul Lawrie. Que acabó perdiendo. Era entrar en la historia y lo fue, pero por una tragedia deportiva que se recordará siempre.

En cambio a Gene Sarazen la Estampilla le dio la inmortalidad. En 1973, a los 71 años, el estadounidense se convirtió en el más veterano en alcanzar un hoyo en uno en un British Open. Con un hierro 5, Sarazen lanzó la pelota directo al green para que rodara mansamente hasta el hoyo. Habían pasado 50 años de su debut en el Open y 39 desde que se consagró, en 1932. Horas después, como para confirmar que no había sido suerte, hizo birdie, pese a que cayó en uno de los bunkers con la salida. Ni la arena lo frenaba en aquel fin de semana. Ernie Els, doble campeón del British Open, también hizo hoyo en uno aquí, en 2014, aunque no en el máximo torneo.

El aficionado alemán Hermann Tissies vivió el costado dramático. ¡Le costó 17 golpes meter la pelota en el 8! ¡Nada...