Los hospitales bonaerenses

En el curso de una reciente entrevista con la nacion, la ministra de Salud Pública de la provincia de Buenos Aires, Zulma Ortiz, estimó con claridad las fallas existentes en la infraestructura hospitalaria de su jurisdicción, cuya ingrata y dura realidad se puede resumir así: 53 de los 79 nosocomios provinciales se encuentran en estado crítico y dos de ellos deberán demolerse y construirse de nuevo. Se trata de los hospitales Lucio Meléndez, de Adrogué, y Vicente López y Planes, de General Rodríguez.

En la actualidad se ha proyectado la ejecución de 39 obras en 27 de los hospitales; ocho de ellas ya se han iniciado y el resto han de comenzar en el primer semestre del año próximo. El plan de mejoras que promete la actual ministra durante su gestión se concreta en hacer al menos una obra de importancia en cada centro asistencial; por ejemplo, en la parte eléctrica de los edificios, los baños o la reparación de techos. Del mismo modo, se proyecta resolver la falta de ambulancias y de helicóptero sanitario mediante convenios con empresas privadas que los alquilarán.

Resulta notable la carencia de medios indispensables para la actividad cotidiana de los hospitales que ha dejado la anterior gestión. Así, para la normalización de las tareas, se ha debido saldar una deuda de $ 2600 millones con los proveedores, por lo cual se han limitado las posibilidades de satisfacer en la actualidad las mejoras salariales reclamadas por los gremios.

Una iniciativa de la anterior gestión fue la de las Unidades de Pronta Atención (UPA), que siguen funcionando, aunque una se municipalizó y otra se cerró por estar funcionando en un barrio privado, de modo que quedaron 17 de las 19 iniciales. El principal problema está referido a la cuestión salarial, pues el personal médico de guardia cobraba menos que quienes...