Horas extra de oficina, un motivo de conflicto familiar

Javier saluda desde la puerta de la habitación: "Yo me voy a la cama, ¿vos tenés para mucho?". Laura contesta desde el sillón con un "sí" apagado, sin levantar la vista de su notebook. Mientras escucha la puerta del cuarto cerrarse lentamente, estira la mano para tomar la taza de café que descansa a su lado y el primer sorbo le resulta frío; entonces mira la hora en la esquina inferior derecha de la pantalla: 00.57. Laura sospecha que a la hora del desayuno el café vendrá cargado de reclamos.

Uno de cada tres argentinos trabaja en el hogar fuera del horario de oficina, revela una encuesta realizada por Adecco Argentina, la misma que advierte que el 57% de quienes destinan tiempo de ocio a las tareas laborales recibe reclamos, ya sea en forma ocasional o constante. En ese punto en el que la presión laboral se enfrenta a la familiar, es fácil que el reclamo se convierta en discusión y que, sin diálogo y sin algún trabajo de organización de los tiempos, la discusión decante en hastío y agotamiento.

"El tiempo que se trabaja en casa es siempre tiempo que se le quita al amor, los hijos, el ocio y los momentos compartidos. Supone, por tanto, una cuota de frustración para todos que, de prolongarse, lleva a que el trabajo entre en competencia con los vínculos", advierte el psiquiatra y psicoanalista especialista en vínculos de pareja y familiares Pedro Horvat.

"El resultado es que una termina sintiendo frustración con el trabajo, porque ve que tiñe de forma negativa la vida en el hogar, pero también frustración con la familia, porque que una tenga que trabajar fuera de la oficina no deja de ser una obligación y no un disfrute", dice Laura, empleada administrativa de 35 años, que prefiere dejar afuera su apellido de esta nota.

"Una de las cuestiones que más se juega en estas situaciones es la culpa: con el trabajo, con la familia, con la pareja", señala Alejandro Melamed, director general de Humanize Consulting y autor de Historias y mitos de la oficina, lo que nadie cuenta (Ed. Planeta), que afirma que la vivencia que refiere Laura es cada vez más común: "En general, la tendencia es que las responsabilidades laborales avanzan sobre los distintos ámbitos, y lo personal y lo familiar son los más impactados".

Lo que suele ocurrir, retoma Horvat, es que "la persona queda tironeada por fuerzas que pertenecen a planos muy diferentes -el hogar y el trabajo, que tienen reglas muy distintas-, y entonces espera de los suyos la comprensión que no obtiene de...

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