Para homenajear no hacen falta más feriados

El Poder Ejecutivo Nacional promulgó la flamante ley que declara feriado nacional y día no laborable el 17 de junio de cada año en conmemoración de la muerte del general Martín Miguel de Güemes, caudillo salteño y héroe de la Independencia. La iniciativa, impulsada por el diputado nacional Pablo Kosiner (justicialismo-Salta), busca destacar y reconocer la importante actuación del gaucho salteño, ya que sin su resistencia no hubiera sido posible defender el norte del país ni hubieran sido factibles las campañas del general San Martín. Bajo su mando, las ciudades de Salta y Jujuy fueron vitales en la defensa del resto de la Argentina sin ayuda exterior.

Nadie en el Congreso ni fuera de él desaconsejaría homenajear a Güemes, como tampoco a tantos otros héroes de nuestra historia. En cambio, es cuestionable que, para conmemorar una gesta, recordar la labor de una persona o resaltar una fecha determinada necesariamente haya que declarar ese día feriado y volver improductivo el país. Ningún prócer entra a la historia a partir de un día no laborable, de hecho ya forma parte de ella.

Hoy es el general Güemes, pero podría homenajearse a otros tantos héroes cada jornada y hasta a más de uno por día. Afortunadamente, nuestro país tiene a muchas personas para celebrar, pero no por eso va a clausurar todas sus actividades en la industria, el comercio y los servicios, restando aún más días de clase y atención en hospitales y juzgados, sólo por citar unos pocos ejemplos muy concretos de los sectores que más se perjudican con estos parates.

Antes de asumir, Macri se había expresado en favor de la necesidad de acotar el de por sí ya generoso número de días no laborables con que cuenta nuestro país, entre los llamados "inamovibles", "trasladables" y "feriados puente". Lamentablemente, el debate no se ha planteado en ese sentido y el oficialismo en el Congreso -y Macri después- convalidó este nuevo día no laborable, posiblemente para que no hacerlo no se interpretara como un rechazo a la figura de Güemes.

No parece ser ése un argumento serio ni de peso cuando de lo que se trata es de establecer el costo-beneficio que más días inactivos implican en la economía de un país como el nuestro, que requiere el mayor y más amplio esfuerzo de todos para intentar recuperarse.

Miles de millones de pesos se esfuman por cada jornada improductiva. Decenas de miles de chicos se quedan sin clases. Comerciantes, profesionales independientes, numerosas pymes y, entre otras...

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