El hombre que lo salvó de la quiebra

A fines de 1998, cuando la crisis petrolera golpeaba con dureza la economía de las provincias patagónicas, Cristóbal López llegó una mañana desde el Sur a la ciudad de Buenos Aires para visitar a Oscar Vicente, el número uno de la petrolera de la familia Perez Companc y figura preponderante de la industria a nivel nacional por aquellos años.El patagónico (nació circunstancialmente en Buenos Aires, pero se siente de Comodoro Rivadavia) había conseguido la cita gracias a la ayuda de múltiples intermediarios. Entre ellos, participaron el actual secretario de Obras Públicas, José López, y el ministro de Planificación, Julio De Vido. Ambos eran funcionarios del gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner.Para Cristóbal López, la suerte estaba echada: si su empresa dedicada a la perforación de pozos petroleros, Almería Austral, no conseguía que la compañía que manejaba Vicente le otorgara la licitación que había cotizado por debajo de sus competidores, iría a la quiebra. Vicente opuso resistencia ante el pedido de López. No confiaba en las capacidades de la empresa comodorense, de dimensiones pequeñas para la escala habitual del negocio petrolero.Entretuvo a López y a su socio, Fabián de Souza, durante horas en el histórico edificio de Maipú 1. Sin embargo, Vicente le dio el trabajo, la compañía de López cumplió, se recuperó y años más tarde el patagónico la vendió por una suma millonaria. Fue la base de su futura bonanza petrolera.La anécdota sirve para ilustrar el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR