Un hombre, una mujer, un viaje misterioso

Un hombre, una mujer, un viaje que lo es en el sentido geográfico (por los rincones más bellos de Uruguay, las desiertas y espaciosas playas que baña un mar revoltoso, las extensas planicies verdes, las construcciones más inesperadas y más exóticas) y es también el viaje interior de cada uno, porque por detrás del motivo que los ha llevado a emprenderlo, subyace otro propósito más vago, pero primordial: la búsqueda de la propia identidad.El carioca Charly Braun, debutante en el largometraje con Por el camino , pero con una experiencia en el mé tier que se advierte en su concepción visual y la sensibilidad de su mirada, sigue el encuentro de los dos personajes desde su primer cruce, todavía a bordo de la nave que los lleva a Montevideo. Él es Santiago, un argentino que ha abandonado su trabajo en un banco de Nueva York y tiempo después de la muerte de sus padres va a Uruguay a hacerse cargo de unas tierras que le han dejado como herencia cerca de Punta del Este. Ella es Juliette, una atractiva muchacha belga de espíritu independiente que rechaza el exiguo espacio que le reserva su país y anda en busca de un viejo amor, ahora integrado a una comunidad medio hippie en Rocha. Él se ofrece a acercarla con su auto; ella acepta. Son dos completos extraños que hablan lenguas diferentes (deben comunicarse en inglés) y están en un país que tampoco es el suyo: tienen mucho por descubrir y no es sólo el paisaje paradisíaco que la fotografía de Pablo Ramos y Bruno Álzaga convierte en un personaje más. Braun los deja libres y los sigue...