Hollande, sumergido en una tormenta por el sueldo de su coiffeur

PARÍS.- Como al Sansón de la Biblia, al presidente su pelo podría costarle la vida, aunque sólo sea la existencia política. El jefe de Estado está sumergido en un torbellino desde que los franceses supieron que su peluquero personal, que no lo deja ni a sol ni a sombra, cobra un salario mensual de casi 10.000 euros: casi igual que un ministro y más de ocho veces el salario mínimo en el país.

"El coiffeur del presidente se corta los pelos en cuatro desde el 16 de mayo de 2012. Y lo hace por l", escribió el semanario político-satírico Le Canard Enchaîné en su edición de ayer. La expresión "se corta los pelos en cuatro" usada por la centenaria publicación, célebre por no equivocarse jamás en sus primicias, significa que el fígaro en cuestión, Olivier Benhamou, vive dedicado exclusivamente al mandatario francés desde que asumió sus funciones.

y donde el salario mínimo es de 1200 euros mensuales, fue confirmada ayer por el propio vocero presidencial. Stéphane Le Foll tuvo serias dificultades para justificar la absurda decisión de Hollande, que llegó al Palacio del Elíseo presentándose como "un presidente normal", para distinguirse de su antecesor. Entre otros excesos, el conservador Nicolas Sarkozy gastaba 8000 euros por mes en una experta en belleza, encargada de maquillarlo para las cámaras.

"Puedo comprender los interrogantes. Puedo comprender que haya juicios... Todos nos peinamos, ¿no? No se trata de cualquiera. En fin, es todo", balbuceó Le Foll, lo que provocó el sarcasmo de los periodistas acreditados ante la presidencia.

Según el periódico, el convenio de trabajo del "coiffeur personal del jefe del Estado" estipula que es empleado "por toda la duración del mandato presidencial". Se trata de un contrato por cinco años, que representa una remuneración acumulada de 593.000 euros. Esos ingresos están acompañados de "eventuales compensaciones de alojamiento" y otras "ventajas familiares", precisa. Los colaboradores de Hollande no verían, al parecer, nada de extravagante en ese contrato.

"Olivier B.", nombre en código atribuido por la presidencia al artista del brushing, empieza temprano su jornada laboral, con una enorme amplitud horaria: peina y vuelve a peinar al presidente todas las mañanas y siempre que es necesario, cada vez que Hollande tiene que hablar en público, incluso los fines de semana y durante los viajes al exterior.

Interrogada por Le Canard Enchaîné, la abogada del peluquero explicó que se...

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