Historias repetidas sin que dejen ningún aprendizaje

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Todo está inventado en la Argentina con los controles o congelamientos de precios: siempre fracasaron y trajeron más problemas, salvo en las poquísimas veces que fueron el complemento de un plan antiinflacionario y no un sustituto, como vino ocurriendo en los últimos 15 meses.

El kirchnerismo, y en especial La Cámpora, tienen una larga experiencia con esta manía de atacar los efectos sin ocuparse de las causas de la inflación , que se agudiza en los años electorales para cazar votos a través de nuevas variantes o denominaciones que no cambian los resultados.

Hace exactamente ocho años, en junio de 2013, el autor de estas líneas publicó una columna titulada "Precios en campaña electoral", como acaba de recordárselo por mail un lector de LA NACION . Allí se comentaba el lanzamiento del plan "Mirar para cuidar", con una lista de 500 precios fijos hasta finales de octubre de ese año (fecha de elecciones legislativas) aplicable a sólo siete grandes cadenas de supermercados (socias de ASU). Si bien fue anunciado como un acuerdo con Guillermo Moreno, incluyó la consabida convocatoria a militantes políticos y a 50 intendentes del conurbano bonaerense para vigilar su cumplimiento, más la amenaza de aplicar multas. Cuatro meses antes, el 1° de febrero de 2013, el gobierno de Cristina Kirchner había dispuesto el congelamiento general de los precios en los supermercados. Pero luego lo redujo a esa versión minimalista de medio millar, tras dejar en el olvido otros planes fallidos como "milanesas para todos" y "asado para todos". Aquella nota decía que se trataba de una extraña mezcla de sainete y marketing político de cara a las elecciones, especialmente en la provincia de Buenos Aires donde, pese al congelamiento de tarifas, el kirchnerismo terminaría derrotado por Sergio Massa, su actual aliado.

Cualquier parecido con la actualidad no debe sorprender. El intervencionismo K es parte de su ADN económico.

La nueva y modesta canasta "Súper cerca", con algo menos de 70 alimentos envasados, bebidas y productos de higiene y tocador, también regirá hasta un mes y medio después de las postergadas elecciones de 2021. Su particularidad es que tendrá precios fijos y uniformes en todo el país, impresos en los envases o etiquetas, y será destinada exclusivamente a autoservicios chinos y comercios de cercanía , que representan el 70% del consumo masivo. Pero la contracara de este acuerdo -ahora con 24 empresas fabricantes- es que incluye más segundas marcas y...

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