Las historias mínimas del chamamé

CORRIENTES.- La música chamamecera impregna la vida cotidiana del Litoral. En estos 10 días de festival, por donde pasaron 120.000 personas, ese cúmulo de emociones y sentimientos estallaron cada noche en el Tránsito Cocomarola y en cada esquina de Corrientes, donde se cruzaban brasileños, paraguayos, formoseños, correntinos, chaqueños, santafecinos, misioneros y entrerrianos. Aquí cada persona tiene su propia historia con el chamamé.

Historia 1. En Buenos Aires hay muchos chicos con los nombres Diego Armando por Maradona. En Corrientes no sorprende que un joven acordeonista como César Frette haya bautizado a su bebé con el nombre de Isaco, en tributo al músico más grande que dio la región: Isaco Abitbol. La "presencia" de Abitbol se hizo sentir. No sólo por la repetición de uno de sus hit, "La Calandria", sino porque durante el festival se estrenó un documental filmado por su sobrino, que rescata su figura del olvido.

Historia 2. El día que toca Mario Bofill hay 18.000 personas. Su actuación es la más esperada de todo el festival. Los periodistas políticos esperan su galopera, donde realiza un pantallazo de las internas políticas correntinas. El público espera literalmente llorar con los temas de Bofill. Sus historias simples y su decir nostálgico y grave, que recuerda al de Teresa Parodi, cala hondo en el correntino promedio, en el que se fue o en el que se está por ir, el de las clases humildes y el de las altas, el joven bolichero o el chamamecero angá. Bofill tiene su propia misa, al igual que la ricotera, pero chamamecera.

Cada uno tiene su canción. Pepe, que está entre el público, dice que su tema es "Estudiante del interior". La melodía le pone la piel de gallina y lo lleva a su propia historia, cuando vivía con cuatro amigos en una pensión de Corrientes. Comían salteado y el chipá era un manjar. Son 18.000 personas reviviendo sus historias personales.

Historia 3.Para los seguidores de los Beatles en todo el mundo el nombre de Tony Sheridan está ligado a los míticos comienzos de los Fab Four, en Hamburgo. Para los músicos...