La historia detrás de la emotiva vuelta de Del Potro

PESARO, Italia.- Hay pequeños momentos, detalles y guiños que cambian destinos, que escriben historias. Guido Pella, en su segundo partido por la Copa Davis, el primero en dobles, sacó 2-3 en el quinto set. Fabio Fognini y Paolo Lorenzi, por entonces con los colmillos afilados, contaron con tres break-points. De haber logrado romper el servicio del bahiense, seguramente los italianos se hubieran encaminado a la victoria en el tercer punto de la serie de cuartos de final.

Sin embargo, la historia se garabateó de otro modo. Porque Pella, versátil, corajudo y con un revés de dos manos que es un puñal, se plantó sobre el polvo de ladrillo del Circolo Tennis Baratoff, apuntalado por Juan Martín del Potro, el hombre que regresó a la Davis tras 1041 días (14 de septiembre de 2012, por las semifinales, ante la República Checa, en el Parque Roca), y pudieron cerrar un encuentro que había comenzado cómodo y favorable, y luego se enmarañó. La inédita pareja argentina que apenas sumaba un puñado de entrenamientos durante estos días en Pesaro, se impuso por 6-1, 7-6 (4), 3-6, 3-6 y 6-4, en tres horas y 50 minutos. Así, el equipo capitaneado por Daniel Orsanic se adelantó 2-1 en la serie, buscando la undécima semifinal desde el retorno al Grupo Mundial, en 2002.

Pero claro, la victoria, en un contexto algo desfavorable para Del Potro y Pella, ya que son jugadores que prefieren las superficies rápidas, y ante cinco mil italianos que por momentos gritaron, desaforados, como si estuvieran en el Coliseo romano, tuvo un hecho destacado: la presencia del tandilense tras una larga ausencia con los colores celeste y blanco. Con las limitaciones físicas que todavía no le permiten moverse con la electricidad de otros tiempos y pequeños desajustes, sobre todo en el revés y el saque, lógicos por la falta de kilometraje en los últimos años, Del Potro hace diferencias con su presencia. Con el oficio que tiene para volear, por ejemplo. O para intimidar cuando, bien afirmado, pega el drive. Ese tiro conserva una de las velocidades más rápidas del circuito; sigue generando asombro en el público y dolor de cabeza en los rivales. Más de una vez, Fognini miró, amenazante, a Del Potro, cuando los latigazos del hincha de Boca le rozaron el cuerpo. "Fue todo el tiempo algo emotivo, con nervios, ansiedad, presión. Fueron muchos factores extra tenísticos que sentí en un partido de dobles muy importante. Lo mejor que me puede pasar es estar jugando al tenis. Cuando juego un...

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