Una historia dentro de otra

E ncierran tanto contenido que, en el comienzo, cuesta darse cuenta de por dónde abarcarlo. Se desborda de las páginas en una lectura sabrosa. Son historias en sí mismas y se potencian cuando quedan cara a cara. Ocurrió muchas veces y sucederá pasado mañana, en Santa Fe, por los cuartos de final de la Copa América. La Argentina y Uruguay, añejo clásico regional, de pierna firme y venas caudalosas, se resume en aquella primera final de 1916, pero se ramifica en cada uno de los enfrentamientos. Siempre hay demasiado en juego, por más que no se juegue nada aparente ni matemático. Acá, allá y en el campo neutral, con el Río de la Plata como puntillosa línea divisoria del sentimiento futbolístico.El historial en la Copa América resume una pulseada demasiado pareja. Se incluyen los encuentros entre ellos y también los títulos (ver aparte). La postal de 1916, en la Argentina, fue un preludio de todo lo que vendría más adelante casi sin imaginárselo. Si bien la estadística general marca una amplia diferencia a favor de los criollos, nada puede darse por sentado entre fuerzas tan parejas y corazones aguerridos. La reunión regional actuó como un disparador de emociones en cada orilla.Día trascendental si es que los hay: 16 de julio. Esa será la fecha del enfrentamiento del actual torneo. Y ésa fue la jornada de aquel partido decisivo de 1916. Justo ese día, 16 de julio, se cumplirán 95 años del primer enfrentamiento entre ambos por esta competición. Fue un partido que comenzó en el estadio de GEBA, pero que se suspendió a los cinco minutos por una invasión de cancha y disturbios varios. Algo de la ebullición actual pareció preverse en esos tiempos. Tanta gente quiso presenciarlo que se vieron hinchas al borde del límite del campo. Fue imposible contenerlos. El juego continuó un día después, en la vieja cancha de Racing, en Avellaneda. Con el 0 a 0, los charrúas se consagraron campeones del torneo de seleccionados más antiguo del mundo, por entonces conocido como Sudamericano. Isabelino Gradín, con tres conquistas, se consolidó como su emblema.Si de la Copa América se trata, cómo olvidarse de aquel 1987, en el mismísimo Monumental. Allí estuvo el campeón del mundo en México 86, la Argentina, eliminado en las semifinales por... Uruguay. Todo se construyó entre viejos conocidos. El equipo de Diego Maradona y Cía. se quedó afuera con un gol de Antonio Alzamendi, tras una combinación con Enzo Francescoli. Como si fuese un designio, los celestes también fueron campeones...

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