La historia del argentino que sedujo a Bezos, Gates, Ginóbili, Serena Williams y Galperin y recaudó US$ 80 millones

Bezos, Gates y Ginóbili

El emprendedorismo se transformó en una filosofía de vida para Diego Saez-Gil, un tucumano de 40 años que, con su tercera start up en los últimos quince años, logró seducir a multimillonarios y estrellas del deporte mundial que se sumaron a su propuesta para reducir la huella de carbono que la industria genera a nivel mundial.

En menos de cuatro años, Pachama, que fue fundada en octubre de 2018, recaudó casi 80 millones de dólares para avanzar en una plataforma que permite a las empresas comprar créditos de carbono para compensar sus emisiones.

En diálogo con LA NACION, Sáez-Gil contó cómo fue que logró hacer crecer la empresa en tan poco tiempo, y ya tener más de 60 empleados en 15 países diferentes.

- ¿Te esperabas esa evolución tan rápida?

- La verdad que no. Sí, de hecho todavía no son ni cuatro años, empezamos oficialmente la empresa en octubre del 2018. Sinceramente yo primero ni siquiera sabía si es que iba a poder levantar inversión con este proyecto. Claro, era un proyecto muy de pasión. Después de haber hecho los otros dos emprendimientos como bluesmart (una de las primeras valijas inteligentes) y WeHostels (una app para reservas en este tipo de alojamientos), con este proyecto no me importaba si podía levantar capital o si tendría éxito o si tenía que poner todos mis ahorros. Incluso, al comienzo financié todo con mis ahorros y los ahorros de mi socio. La verdad que ha ido mucho más rápido y grande de lo que yo mismo pensé. Obviamente que nos hace soñar más grande y la verdad que creo que fue estar en el lugar adecuado en el momento justo, con la idea adecuada. Pero sí, la verdad que yo mismo me pellizco, a veces, porque no puedo creer los inversores que logramos atraer.

- Más allá de que tenías los emprendimientos anteriores, siempre debe sorprender que un grupo de magnates, que son muy buenos en los negocios, pongan el ojo en lo que uno decidió hacer. Cómo fue ese primer contacto, por ejemplo con la Fundación de Bill Gates.

- Fue un poco como bola de nieve. Empezó chiquito y se fue agrandando. Hay una aceleradora de start up que hay en Silicon Valley que se llama "Y combinator", que es una incubadora donde básicamente vos aplicás. Si te seleccionan, vas por tres meses y te dan un mentoreo. Al final de los seis meses, te ponen enfrente de inversionistas y vos tratás de convencerlos de que inviertan.

Cada crédito de carbono equivale a la vida de un árbol que captura en promedio una tonelada de CO2, y puede costar entre US$10 y US$30.

Bueno, en esa aceleradora hay un sueco que se llama Gustaf...

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