Entre la histeria, la epilepsia y la locura afectiva. Los casos Lobato y Pagano

• Autor: Máximo Sozzo
• Páginas: 385-412

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CaPítulo 9.

ENTRE LA HISTERIA, LA EPILEPSIA

Y LA LOCURA AFECTIVA.

LOS CASOS LOBATO Y PAGANO

En los inicios de la década de 1880 encontramos dos casos desarro-

llados en Buenos Aires que se ref‌ieren a la intersección entre la locura

y el crimen, que impactan fuertemente en la esfera pública y generan

su reconocimiento como “causa célebre”, mantenido luego, a inicios del

siglo XX por José Ingenieros (1912, 235).

Se trata, por un lado, del caso de Nieves Lobato, quien con la com-

plicidad del resto de los miembros de su familia, asesinó a su hija menor

y a un hermano de crianza371. Y por el otro, del proceso penal contra

Antonio Pagano por tentativa de homicidio de su esposa Rafaela Ce-

recetto, seguido de homicidio de Tomás Rodríguez y de heridas graves

contra Luis Piedrabuena, Rómulo Garzón, Juan Richmond, Juan Maillan,

Lorenzo Acención y Francisco Leiva372.

En ambos se destacan una serie de elementos relacionados con la

consolidación de la intersección entre el dispositivo penal y el disposi-

tivo alienista en Buenos Aires que refuerzan y profundizan una serie de

371 Lamentablemente, no hemos podido dar con el expediente judicial de este caso que

se tramitó en el partido de 25 de Mayo en la provincia de Buenos Aires. Contamos con

el informe médico-legal realizado por José María Ramos Mejía, publicado luego en su

libro Estudios Clínicos sobre las Enfermedades Mentales y Nerviosas en 1893 y con un

artículo escrito en 1882 en la Revista Médico-Quirúrgica por Lucio Meléndez, fruto

de su examen de la procesada.

372 Tampoco hemos podido dar con el expediente judicial de este caso en nuestro trabajo

de archivo. Contamos con una de las pericias médicas realizadas , publicada en los Anales

del Círculo Médico en 1884, así como también con la sentencia judicial en segunda instan-

cia, publicada en el tomo 3 del repertorio de Jurisprudencia Criminal y Comercial de 1884.

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tendencias que hemos visto emerger en los dos capítulos precedentes,

especialmente desde f‌ines de la década de 1870 en adelante.

1. el Caso de nieves lobato

El suceso ocurrió el 27 de abril de 1880 en el Partido 25 de Mayo de

la Provincia de Buenos Aires. Nieves Lobato, de acuerdo a los testigos,

en los últimos tiempos se había vuelto retraída, conversaba poco, había

perdido el apetito y se dedicaba a rezar buena parte del día, lo que im-

pactaba incluso en sus quehaceres domésticos. El día del hecho, estaba

Nieves en su casa paterna. Sus hermanos habían ido a trabajar al campo y

cuando volvieron a las cinco de la tarde encontraron a todas las mujeres

realizando prácticas religiosas dirigidas por Nieves. Esta los llamó impe-

rativamente. Ellos le tenían mucho afecto y respeto. Se pusieron a realizar

oraciones, colocándose debajo de la cama y en ese estado pasaron toda la

noche. Nieves les hacia besar el suelo y pedir perdón y les reclamaba que

no protestaran pues de hacerlo estarían perdidos para siempre. Sacó a los

niños de la casa, los escondió detrás de unos matorrales y luego les dio

muerte a su hija menor y a un hermano de crianza. Después ingresó a la

casa y pretendió arrastrar por los pies a su madre para sacarla afuera, cosa

a la que los hermanos se negaron aferrándose a ella. Siempre sostenía que

debían obedecerle porque de no hacerlo serían condenados eternamente.

Luego de repetidas peticiones de sus hermanos, Nieves lo s dejó salir fue-

ra de la casa. Allí les pidió agua y les preguntó si no veían una cosa delante

de ellos. “El terror reinaba en todos en aquellos momentos y no cesaban

de llorar y rezar un solo momento” (Meléndez, 1882c, 110). Por f‌in el

mayor de los hermanos logró agrupar a todos y llevarlos a un carro cerca

del corral. Luego de pasar allí un tiempo y en función del frío, le pidieron

a Nieves que los dejara volver a la casa. Ella accedió a condición de que se

pusieran de rodillas y pidieran perdón a la “reina de la tierra que por tal

se tenía y al rey del cielo, que decía ser el hijo que llevaba en brazos”. En

“estas angustias” pasaron todo el día, hasta que la autoridad policial llegó

y los aprendió a todos a las 3 de la tarde (Meléndez, 1882c, 111)373.

373 Sobre este tipo de crímenes producidos por mujeres en las que se pone en crisis lo

que tradicionalmente se construye como la función femenina ligada a la maternidad en

Buenos Aires en ese momento histórico, ver Ruggiero (1992; 2004, 53-83).