Himno Nacional: ¿una rutina más?

La Copa América que se disputa en estos días en Chile ha sido una ocasión propicia para comprobar cómo el hecho de cantar el Himno Nacional ha pasado de ser una muestra inspirada de patriotismo a convertirse en una mera rutina, parte obligada del espectáculo del fútbol en encuentros internacionales. Por lo menos ésa es la impresión que dan la mayoría de los jugadores de la selección argentina antes del comienzo de cada partido, cuando a la hora de entonar su estrofa final suelen permanecer en silencio o moviendo simplemente los labios, como si no recordaran ya bien la letra.

Este hecho permite reflexionar sobre el valor de todo aquello que simboliza, de alguna manera, a nuestra patria, y cuya enseñanza solía empezar desde el primer momento en que un niño argentino pisaba lo que sería por muchos años "su segundo hogar", la escuela.

Hubo una época, no tan lejana, en que en días patrios, si se estaba en una sala de espectáculos, cuando se pasaba por los altavoces el Himno Nacional, todos los espectadores se ponían de pie y lo cantaban con unción. No había quién no lo hiciera, incluso para no quedar en evidencia ante el resto.

Pues bien, las costumbres entre nosotros parecen haber cambiado a tal punto que, cuando en los últimos años se ha querido cantar el Himno Nacional...