Hilda Molina: 'Si por un milagro cayera el régimen, el país va camino de China, Vietnam o algo similar'

Hilda Molina, que hace doce años se radicó en Argentina, es una de las personas que mejor conocieron a Fidel Castro.

Ella es, tal vez, quien mejor conoce las entrañas del régimen cubano. Vivió en carne propia la revolución que derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista en 1959. Entonces Hilda Molina era una estudiante prolífica que, años más tarde, se transformaría en una de las neurocientíficas más destacadas a nivel mundial. Durante más de tres décadas, su trabajo en el campo de la ciencia fue exhibido como bandera por el gobierno de Fidel Castro. "Fui utilizada por el régimen como fetiche de su dictadura", define hoy la doctora.

Hilda Molina y su madre, Hilda Morejón, cuando vivían aún en La Habana. La médica, que ya se había manifestado su disidencia con el régimen castrista, rogaba a Fidel Castro que permitiese a su madre salir de la isla para que, "antes de morir", pudiese conocer a sus nietos argentinos.

Los argentinos conocimos su fascinante historia en diciembre de 2006, cuando se convirtió en protagonista de una breve y curiosa disputa diplomática. Hilda Molina escribió una carta al presidente Néstor Kirchner solicitando su apoyo lograr que su madre, Hilda Morejón, entonces de 87 años y enferma, pudiera salir de Cuba para reencontrarse con su nieto, radicado en Argentina, y conocer a sus bisnietos. Como miles de cubanos, el hijo de Molina, Roberto Quiñones, también neurocirujano, había abandonado la isla para fundar su hogar y formar familia en nuestro país.

Roberto, el hijo de Hilda Molina, en Buenos Aires, hacía gestiones en Cancillería para que el gobierno de Néstor Kirchner apoyase el pedido de su madre.

Ese mismo año, en el marco de la cumbre del Mercosur, donde ofició como anfitrión, Néstor Kirchner hizo el pedido "oficial" a Fidel Castro. Dejó asentado que estaban en juego "razones humanas de una familia cubano-argentina". Finalmente, Morejón obtuvo su permiso y se radicó en Argentina. Tres años después, el 14 de junio de 2009, tras un proceso diplomático similar, llegó al país Molina y se reunió con su familia para siempre.

"Fidel era como un dios, no se le podía decir que no"

Quince años antes de salir de Cuba, la neurocirujana había descubierto la farsa del régimen en su propia experiencia: tenía que vivir y ejercer la medicina por monedas, mientras "los burócratas de la revolución se hacían millonarios y cobraban mucho dinero" por sus servicios en el exterior. Durante su militancia, ocupó una banca como diputada en la "Asamblea Nacional...

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