'A mi hija le voy a enseñar que ése es el hombre que esa noche le salvó la vida'

Es muy chica para entenderhttp://www.lanacion.com.ar/1578034-no-sos-consciente-de-lo-que-esta-pasando-cuando-vas-en-el-kayakTener adelante a Juan Pablo Ruiz Villoldo -"el Brujo", como lo conocen en el barrio- aún no significa nada para ella. Hanna tiene apenas un año y dos meses. Pero Belén Franco, su madre, cada vez que lo ve se emociona. En unos años, la va a llevar hasta el polirrubro de la avenida 7, le va a señalar a ese hombre de 45 años que se pasa el día detrás del mostrador y que ahora también le dedica tiempo al trabajo social en el barrio, y le va a decir: "Él fue quien te ayudó esa noche. Él te salvó la vida".Esa noche fue la dehttp://www.lanacion.com.ar/tragica-inundacion-en-la-plata-t49190. La noche en que en dos horas cayeron 400 milímetros de agua. La noche en la que las calles se convirtieron en violentos ríos que no respetaron puertas ni ventanas y arrasaron con todo. Hasta con la vida. La noche en que los techos se cubrieron de ratas, que el agua se volvió negra y aceitosa. La noche de la solidaridad, pero también del desamparo. La noche que murieron, o empezaron a morir, al menos 78 personas. La noche en que el agua no sólo dejó marcas en las paredes. También las dejó en cada uno de los vecinos de La Plata.El 2 de abril pasado, hace hoy seis meses, Belén Franco, de 21 años, miró el reloj a las 20.15. Afuera llovía mucho y decidió ir a buscar a su hija de seis meses a la casa de su madre, a dos cuadras. Como el agua estaba subiendo acostó a la nena en la cucheta de arriba y ella se tiró a su lado. Se quedaron dormidas. El papá de la nena, Maximiliano Romero, también de 21, no vivía con ellas en Ringuelet; todavía estaba con su familia, en Villa Montoro.Belén se despertó a las 23. Todo flotaba sobre el agua. Un vecino, Pedro, le gritaba desde afuera que había que evacuar: el agua había subido a la altura de los enchufes y había que cortar la luz. Ella tomó una mochila y guardó ropa y abrigo de la nena, sus documentos y los medicamentos para sus problemas respiratorios.Afuera, el agua le llegaba a los hombros. Lo más aterrador resultó descubrir las paredes del frente cubiertas de hormigas y escuchar a cientos de ratas pelearse por un lugar en los techos de las casas.Para el puente que cruza el arroyo del Gato faltaba poco más de cien metros. Allá los esperaban Juan Pablo Ruiz Villoldo y su kayak. "¡Cuidado con las bocas de tormenta!", alertó un vecino. Belén cargó a Hanna y se aferró a dos mujeres para caminar las tres juntas y evitar que...

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