Las herramientas ya están, se esperan las soluciones

Celeridad, plasticidad y eficacia. En esos tres sustantivos puede resumirse la forma en la que Alberto Fernández logró las herramientas que buscaba (o necesitaba) para poner en marcha su gestión y afrontar las urgencias que recibió.Ahora se pondrá a prueba la efectividad de los recursos, así como la precisión del diagnóstico que llevó a elegirlos y la aptitud para administrarlos. Empieza a correr el cronómetro para los resultados.El Gobierno sabe que lo conseguido es mucho, no porque se sancionara en apenas 48 horas el ambicioso conjunto de normas reunidas en un solo texto. Lo logró mediante un trámite parlamentario tan poco crispado que pareció más propio de países nórdicos o de tiempos aún más catastróficos que los que atraviesa el país, cuando todo se permite.Para Fernández, más relevante todavía puede resultar a futuro que el tratamiento de la megaley haya dejado expuesto que en el espacio opositor no existe un liderazgo indiscutido y que abundan las diferencias, en contraposición con la homogeneidad oficialista. El Gobierno ya supo hacerlo jugar en su favor. La aquiescencia del lavagnismo y del peronismo cordobés, que responde a Juan Schiaretti se cuenta como bonus track.Otro tanto puede decirse de la flexibilidad y del pragmatismo exhibidos por el oficialismo para modificar el proyecto original y anunciar nuevas reformas. Sobre todo, en algunos aspectos dignos de enojar a una sociedad que no parece dispuesta a digerir inocentemente bellos eufemismos.Al menos en el discurso, el Gobierno parece haber registrado que no hay margen para que "solidaridad" termine siendo apenas el nombre de un maquillaje destinado a travestir ajustes que no sean equitativos. Ni hablar de que sirva para traficar prebendas o que preserve privilegios de quienes deberían ser servidores públicos. Las reacciones en las redes sociales fueron un aviso. Hay una opinión pública alerta y a la espera de hechos. No de palabras promisorias. Las calles del mundo dan fe. Incluidas las de países con necesidades básicas bastante más satisfechas que las de los argentinos.La magnitud del impacto que tendrá en las cuentas públicas el conjunto de medidas aprobadas ha llevado a diferentes cálculos iniciales, aunque todos son optimistas, tanto como para que los expertos hablen de un ajuste de más de 2 puntos del PBI. La expresión puede inducir a la confusión. Todo dependerá de cuánto y a quiénes de verdad terminará apretándole el cinturón. Ahí se pondrán a prueba tanto la...

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