Hacienda: Prat-Gay, y la promesa de liberar el cepo

Alfonso Prat-Gay, confirmado por Mauricio Macri como el nuevo ministro de Hacienda y Finanzas, sabe lo que es gestionar en tiempos turbulentos.

En 2002, recién aterrizado de una exitosa experiencia en Londres como gerente de monedas del JP Morgan, se hizo cargo de la presidencia del Banco Central (BCRA). Acababa de registrarse una de las tantas maxidevaluaciones que sufrió el peso argentino en su historia, y Eduardo Duhalde le encomendó el manejo de la autoridad monetaria por consejo de Alfredo Atanasof, su jefe de Gabinete, de quien era asesor.

Hasta entonces, no había tenido experiencia en el sector público y poca en el sector privado local, aunque con su consultora APL Economía, había hecho algunos trabajos de asesoría para algunos clientes, entre ellos, Mauricio Macri. En sus dos años al frente de la entidad -uno ya con Néstor Kirchner como presidente y Roberto Lavagna como ministro-, Prat-Gay capeó los coletazos de la violenta salida de la convertibilidad, logró contener la inflación y rescató las decenas de cuasi monedas que habían emitido las provincias para cerrar sus números en tiempos de escasez.

El desafío que le deja el gobierno de Cristina Kirchner, sin embargo, es tan grande o más que el que supo domar hace poco más de una década. A sus 50 años, el economista recibido en la Universidad Católica Argentina (UCA), con una maestría en la Universidad de Pennsylvania, tomará el 10 de diciembre las riendas de una economía que no crece, con un déficit fiscal récord (asemejable al de los años 80), una inflación de dos dígitos, un tipo de cambio casi tan retrasado como el que había a fines de la convertibilidad, un default parcial de la deuda por culpa de una serie de juicios multimillonarios impagos y un cepo cambiario que muchos temen desentrañar.

Para semejante tarea, Prat-Gay eligió rodearse de...