Hacia un colapso de la infraestructura vial

El rápido crecimiento del número de vehículos en circulación no ha sido acompañado por las necesarias inversiones en la red de caminos y autopistas. Esta mora se advierte claramente en la creciente congestión, así como en el http://www.lanacion.com.ar/1543126-viajar-por-la-argentina-una-odisea-la-infraestructura-vial-cerca-del-colapsoen rutas que no responden ni en capacidad ni en diseño a un tráfico que las satura. El problema es crítico en los accesos a las grandes ciudades, particularmente en la Región Metropolitana y en las rutas troncales que aún permanecen como vías de sólo dos carriles. Varias de estas ya han adquirido el calificativo de "ruta trágica".El uso intenso de la red vial no se refiere solamente a los automóviles. También el tránsito de cargas ha crecido fuertemente en consonancia con la producción agrícola. El ferrocarril sigue cumpliendo un rol limitado a pesar de que la Argentina cuenta con una red extensa que conecta las principales zonas productivas con los puertos y las áreas industriales. Esta misma paradoja se observa en los movimientos masivos de personas en los accesos a nuestra Capital Federal. La deficiencia del sistema ferroviario induce a un uso del automóvil particular en una proporción sustancialmente mayor a la que se observa en otras grandes urbes que disponen de sistemas masivos eficientes.El desarrollo de la red de autopistas muestra un gran atraso. La Argentina hoy cuenta con sólo 1650 kilómetros de autopistas, en tanto la Academia Nacional de Ingeniería estima, sobre la base de los volúmenes de tráfico, que debería disponer de 5550 kilómetros, ampliándose a 8700 en los próximos cinco años. El Instituto del Transporte de esa Academia presentó un documento en el que propone y fundamenta una política que optimice el uso eficiente de la inversión pública y la privada en autopistas mediante la recuperación total o parcial por peaje en contratos de concesión de obra pública.Otra propuesta, proveniente de la Fundación Metas del Siglo XXI, expone un programa inmediato de construcción de 13.000 kilómetros de nuevas autopistas, financiadas mediante la creación de un impuesto adicional a las naftas y al gasoil que se recaudaría en un fondo fiduciario. Con él se aseguraría el pago de las obras concluidas y la devolución del financiamiento de corto plazo obtenido por los constructores para realizarlas. Las nuevas autopistas serían de uso gratuito, sin peaje. Esta propuesta puede parecer atractiva en tiempos en que la inseguridad...

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