Cuando hacer TV es una ciencia

Quienes hayan transitado alguna vez la cocina de la televisión saben que hay una simple pero letal pregunta que resuena en las cabezas de productores, realizadores y conductores a la hora de pensar en contenidos: "¿Esto garpa?" (léase: "¿Es lo suficientemente entretenido y visual para sustentar un formato televisivo?" o para los más paranoicos: "¿Tendré que cambiar de profesión si me arriesgo a hacerlo?").¿Cómo plantearse, entonces, hacer un programa sobre el efecto invernadero, sobre alguna ley de la física o sobre un descubrimiento en el campo de la neurociencia sin morir en el intento?Para dar respuesta a este interrogante, LA NACION conversó con algunos de los creadores y conductores de la TV científica y tecnológica; esos hacedores de contenidos que, aun cuando el fantasma de lo antitelevisivo acecha, apuestan a hacer de lo que a priori parecería "de nicho" o inaccesible una forma de entretenimiento.Diego Golombek es doctor en Biología, profesor universitario e investigador del Conicet. Recibió el Premio Konex por su trabajo de divulgación y fue asesor científico de Discovery en el programa La fábrica .Además participó en importantes ciclos como Científicos Industria Argentina, que condujo Adrián Paenza (un verdadero emblema de la TV científica), y hoy está al frente de Proyecto G, en Encuentro, un formato que encara una pregunta científica por capítulo e intenta darle respuesta bajo una simple premisa: acercarse a la vida cotidiana. Con el mismo concepto, conduce Ciencia a lo bestia, un microprograma que se desprende de Proyecto G y Desde la ciencia, un ciclo de entrevistas con científicos de la señal TEC TV (Tecnópolis Televisión). También, en un esfuerzo por acercar los contenidos científicos al público joven, realiza espectáculos interactivos."Uno tiene primero que descansar en que el rigor científico esté asegurado. Y ya olvidarse de eso. No hay que mandar fruta en cuanto a lo científico. Y después recordar ante todo que no es un programa de tele de ciencia, sino que es un programa de tele. Y eso implica recurrir a los recursos que te da el medio que, en mi caso, pueden ser: utilizar ficción, humor, animaciones, metáforas y analogías. Si uno se pone en la cabeza el chip de la ciencia y no el de la televisión, termina haciendo programas de plantas y escritorios, donde hay dos personas hablando. Puede ser fascinante, pero no tiene mucho de televisivo ?explica ?. Meter la ciencia en la tele, desde mi punto de vista, es aprovechar la tele y sacar a...

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