Hacer lo que se debe hacer

Resulta doloroso señalarlo, pero es innegable. Tras algo más de dos años y medio de gobierno de Mauricio Macri, los principales indicadores de la macroeconomía argentina no se han modificado. Es cierto que se respira un clima de libertad, diálogo y respeto, y que estamos lejos de convivir con los enormes niveles de corrupción que durante más de una década promovió un grupo de cleptócratas en el poder político. Es verdad también que la Argentina salió del aislamiento internacional al que la gestión kirchnerista la había sometido, de la mano de positivas acciones como el acuerdo con los acreedores y el fin del cepo cambiario. Sin embargo, el país sigue muy lejos de dejar atrás ese cáncer en que se ha convertido la inflación y que carcome de manera especial a los sectores sociales más indefensos, al tiempo que ha elevado su grado de endeudamiento público de manera peligrosa y mantiene muy altos niveles de pobreza.Si desde algún sector político puede pensarse que las dificultades socioeconómicas y financieras que sufre el gobierno de Macri pueden llegar a beneficiarlo, su error sería fatal. Cualquier apuesta al fracaso de los actuales gobernantes será perjudicial para todos, incluso para quienes trazan las más agoreras profecías. Unos y otros, oficialistas u opositores, deberían entender que el camino del cambio hacia una república requiere de consensos básicos para modificar sin más demoras viejos paradigmas, que son la causa de la mayor parte de nuestros males.Mientras la sociedad argentina, su dirigencia y, principalmente en estas horas, sus representantes políticos no comprendan la profundidad del abismo en que hemos caído, será más que un milagro superar esta crisis. Pero no debería ser difícil entenderlo. Llevamos alrededor de setenta años de permanente déficit en las cuentas públicas, con muy esporádicos intervalos de equilibrio fiscal. Es fácil comprender que si cada uno de nosotros manejáramos nuestros hogares de la misma manera en que se ha conducido el Estado argentino durante todos esos años, estaríamos fundidos.De allí la...

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