Se hace camino al andar

Siguen en su caja. Radiantes, sólidas, confortables. Zapatillas para andar. Correr, si quisiera. Pero no pasan de ser objetos inertes, arrumbadas en el último estante de un armario atiborrado de tantas otras cosas.

"Hay que tener un cable a tierra", advierte, admonitoria, mi médica. También lo dicen los estudios clínicos, esos que dejaron de ser el dechado de virtudes que hace un tiempo –lejano tiempo– me hacía sentir invulnerable. Y lo vociferan dos zapatillas de diseño perfecto, hartas de aguardar las caminatas en cuyo nombre fueron compradas.

No son las únicas relegadas en el caos doméstico. Hace unos días recuperé, del fondo de una pila de libros aún sin leer, Andar, una filosofía, modesta joya escrita por Frédéric Gros, profesor de filosofía en la Universidad París-XII. El libro, un bello elogio del arte de la caminata, es también una defensa de lo que Gros denomina la "felicidad del paréntesis". Ese bien escaso: los extraños momentos en que se apaga el bullicio de la conexión y productividad permanentes. El ínfimo lujo de salirse de la rueda y postergar ciudad, obligaciones, trabajo, burocracia, agenda. "Una liberación puntual, y luego vuelvo a sumergirme", confiesa el académico francés, cultor de largas caminatas al aire libre, a las que se niega a llamar trecking porque "andar no es un deporte". Andar, nos revela, puede ser un modo de resistirse a los imperativos de la velocidad, liberarse de las trabas de la costumbre, acceder al silencio. Y, por un rato, dejar caer las múltiples máscaras, suspender las ataduras, abandonarse al puro latido de un cuerpo en marcha.

"No se camina para matar el tiempo, sino para acogerlo, deshojarlo paso a paso, segundo a segundo, pétalo a pétalo", escribe Gros. No piensa sólo en su propia experiencia: recuerda –y recrea– el vínculo entre pensamiento y caminatas presente en la obra de Nietzsche, Rousseau, Nerval, Kant. Rescata el escenario de los grandes parques públicos, la teoría del flâneur en Walter Benjamin. Y ahonda en la figura del norteamericano David Henry Thoreau, escritor, naturalista y abolicionista del siglo XIX cuyas obras volvieron a aparecer en las librerías europeas al calor de las marchas de los indignados. Porque Thoreau –además de renegar de la guerra que los Estados Unidos iniciaron contra México en 1846 y combatir la esclavitud en una época en que la mayoría de sus...

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