Hablemos de familia. Un ambiente seguro para que los chicos sientan confianza

Acostumbrarse a hablar sin juzgar, una de la claves para ayudar a los chicos a resolver sus dificultades

Vuelve a conmovernos la noticia del suicidio de un adolescente, Drayke de 12 años en Utah, EE.UU ., por cuestiones de hostigamiento en la escuela. Sus padres decidieron compartir en las redes lo ocurrido para sacudir y despertar a todos: la sociedad, las escuelas, los profesionales, las familias con la esperanza de que juntos encontremos la forma de que no vuelva a suceder.

De las muchas aristas que tiene el tema quiero tomar el valor de los padres y otros adultos cercanos como puerto seguro para nuestros chicos. Si logramos que nos perciban así sabrán que puedan acercarse a nosotros a pedir ayuda, protección o consuelo y es más fácil -aunque no seguro- que se animen a hacerlo. Uno de los datos que más me impactó de la noticia es que Drayke no compartió con sus padres y otros adultos toda la dimensión del infierno en el que estaba viviendo, me da la sensación de que él los cuidó en lugar de dejarse cuidar por ellos hasta que no tuvo más fuerzas y se rindió.

No podemos obligar ni forzar a nuestros hijos a confiar en nosotros, pero sí podemos ofrecer un ambiente que haga posible que ellos confíen, y hablo de los padres pero también de las instituciones educativas y de los profesionales que acompañamos chicos: son muchos los chicos que se callan porque no sienten que hablar pueda servir para algo, por ejemplo creen que si hablan de lo que les está pasando los molestarían más todavía por buchones -por ir con cuentos a los adultos- porque vieron en oportunidades anteriores, o en otros casos, que esos adultos no lograron hacer buen uso, y eficaz, de la información que tenían.

No podemos obligar ni forzar a nuestros hijos a confiar en nosotros, pero sí podemos ofrecer un ambiente que haga posible que ellos confíen

Ellos conocen a sus padres desde chiquitos y tiene claros nuestros puntos fuertes y débiles, en qué áreas tambaleamos, nos asustamos, nos ponemos nerviosos, o no les hacemos caso, y en cuáles podemos sostener. Lo aprendieron en muchas experiencias previas y, cuando llega el momento, ya saben si pueden apoyarse en nosotros y para cuáles temas. Algunos chicos muy sensibles, a pesar de que sus padres o docente sí están disponibles y dieron prueba de ello, deciden no contar con ellos, ya sea por protegerlos, o porque no pueden ni quieren correr el riesgo de abrirse. Otro grupito de chicos muy exigentes con ellos mismos no cuenta con los...

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