De habitantes a ciudadanos, un salto cualitativo

AutorRodolfo Capón Filas
CargoDocente universitario
I Normas básicas de nuestro ordenamiento jurídico
a Constitución Nacional

Preámbulo.

Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina.

Art. 75.

  1. Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de todas las provincias, y al progreso de la ilustración, dictando planes de instrucción general y universitaria, y promoviendo la industria, la inmigración, la construcción de ferrocarriles y canales navegables, la colonización de tierras de propiedad nacional, la introducción y establecimiento de nuevas industrias, la importación de capitales extranjeros y la exploración de los ríos interiores, por leyes protectoras de estos fines y por concesiones temporales de privilegios y recompensas de estímulo.

  2. Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento.

Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen.

Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las universidades nacionales.Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.

b Ley de Empleo N° 24.013

Art. 135.

Créase el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil con las siguientes funciones: a) Determinar periódicamente el salario mínimo, vital y móvil; b) Determinar periódicamente los montos mínimos y máximos y el porcentaje previsto en el artículo 118 correspondiente a los primeros cuatro meses de la prestación por desempleo; c) Aprobar los lineamientos, metodología, pautas y normas para la definición de una canasta básica que se convierta en un elemento de referencia para la determinación del salario mínimo, vital y móvil; d) Constituir, en su caso, las comisiones técnicas tripartitas sectoriales referidas en el artículo 97, inciso a); e) Fijar las pautas de delimitación de actividades informales de conformidad con el artículo 90 de esta ley; f) Formular recomendaciones para la elaboración de políticas y programas de empleo y formación profesional; g) Proponer medidas para incrementar la producción y la productividad.

II Introducción

En agosto del 2008, luego de un devastador desgaste social y político, evitable si hubiera habido un dejo de cordura, como país nos enfrentamos a una disyuntiva importante: seguir "obedeciendo" sin protestar 1 o detenernos a pensar y decidir el futuro. Algunos afirman que se debe silenciar la protesta porque, si no, "se viene la derecha", sin advertir que la derecha ya está entre nosotros, pese al aparato gubernamental disfrazado de "progresista", Así lo demuestran el saqueo minero, la deforestación, el clientelismo político, las fuerzas de choque "populares" pagadas con dinero público, las altas tasas pagadas a Venezuela en julio 2008. En ese terreno gris la pobreza es un excelente yacimiento electoral. Tal vez convenga disminuirla pero nunca erradicarla: si hacemos lo segundo, ¿quién nos asegura mantenernos en el poder político por décadas? Obviamente, una población con sus necesidades básicas satisfechas y con educación suficiente .difícilmente otorgue la primera minoría al Gatopardismo.

Pensar y decidir, dos conductas a las que no estamos acostumbrados ya que, en nuestra confortable medianía, hemos dejado en manos en los gobernantes de turno la solución de todos los problemas. De ese modo, vivimos anestesiados porque siempre tendremos a mano alguien a quién culpar de nuestros males. Siendo habitantes que nos comportamos como súbditos, vamos a votar, nos encontramos con numerosas listas, casi idénticas en una especie de fraude electoral prefabricado ponemos nuestro voto y nos sentamos después ante la televisión para amargarnos y enojarnos con las malas decisiones de quienes mandan. Esta forma pasiva de tolerar la situación daña a la sociedad entera y a nosotros mismos porque nos muta de seres humanos a zombies políticos o autistas sociales.

Ante este cuadro, la transformación cualitativa de súbdito a ciudadano se produce por la ansiedad ante un destino incierto o nebuloso. La misma se vence por la conducta activa o se encapsula en el miedo: la conducta exige participar, el miedo precisa distracción y sedantes. Súbditos o Ciudadanos: tal es la elección de nuestro tiempo.

Es preciso pensar el para qué de un Modelo de Desarrollo sustentable y el cómo planificarlo, distinguiendo entre Modelo de Desarrollo, surgido de las entrañas mismas de la sociedad civil y Programa de Gobierno, decidido por los gobernantes de turno, con o sin ley, generalmente sin ella o a sus márgenes.

Respecto del tiempo, importa señalar que el Modelo es permanente y el Programa efímero. Un ejemplo claro es la memoria colectiva respecto de la "Generación del 80" con sus luces y sombras y los Planes Quinquenales: mientras muchos despotrican contra la primera, poquísimos tienen idea de los segundos, muchos de cuyos programas hoy serían revolucionarios.

En ese marco contextual, el presente aporte describe el imperativo ético de una concertación completa (no meramente económica o coyuntural) y los medios operativos para alcanzarla, precisamente para transformarnos en Ciudadanos, con derechos pero también con deberes.

III Imperativo ético de una concertación completa

La distinción entre crecimiento y desarrollo interesa. El primero es un dato económico, importante pero parcial, mientras el segundo, dato completo, expresa el crecimiento-en-humanidad de todos los miembros de los sociedad civil. El primero se mide por el Indice del Producto Bruto Interno, el segundo por el Indice de Desarrollo Humano 2

Como se aprecia a simple vista, para que exista desarrollo es necesario el crecimiento más el aumento cualitativo en humanidad de todos los habitantes de la sociedad, no meramente de algunos privilegiados. En palabras de Pablo VI el desarrollo es "el nuevo nombre de la paz" 3, en palabras de Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, es "la libertad".4, Sistémicamente, ambos expresan la misma realidad.

Si se busca crecer-en-humanidad, la sola democracia formal o procedimental no alcanza porque se expresa en un momento, el de las elecciones, separado en el tiempo de las necesidades y expectativas del presente y del futuro.

En una democracia pluralista, las minorías han de ser respetadas de tal modo que puedan influir en las decisiones, tal como señalara el juez John Hart Ely, en la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso "United States vs Carolene Products" (ver párrafo 6 y nota 9).

Cuando un programa gubernamental no engloba a toda la población, es una charada cruel incitar a los excluidos y marginados a organizar un nuevo partido político y presentarse a las próximas elecciones para cambiarlo, porque, desde ahora hasta ese hipotético momento, les espera mayor marginación.

Esa provocación despierta la rebeldía inconsulta o la resignación abúlica; en otras palabras la anomia.

Por el contrario, "ante las necesidades del desarrollo, el debate público y la participación social son fundamentales para elaborar económica y socialmente un sistema democrático. La utilización de las prerrogativas democráticas, tanto de las libertades políticas como de los Derechos Humanos, constituye una parte crucial del ejercicio de la propia elaboración de la política económica, aparte de los demás papeles que pueda tener. En un enfoque basado en la libertad, la participación es fundamental en el análisis de la política económica y social"5. Estas expresiones de Amartya Sen recuerdan las primeras, cuando demuestra que las hambrunas, en igualdad de condiciones, se dan más menos en los países autoritarios que en los de democracia participativa porque en estos últimos primeros los ciudadanos integran las decisiones. La hambruna no es producto de la escasez de alimentos sino del derecho a utilizar los existentes6.

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