Guillermo Vilas y Carolina de Mónaco. Cómo se hicieron las fotos, hace 40 años, que descubrieron el romance del campeón y la princesa

El beso de Carolina y el gran Willy se reprodujo en todo el mundo. Así lo mostró la revista italiana GENTE

En el cofre de la princesa de Mónaco hay un anillo de oro blanco con un brillante "de compromiso" que en su interior tiene grabadas las letras "C-G". La hija mayor de Grace Kelly lo usó durante las últimas cuatro décadas. Jamás tuvo que dar explicaciones: para sus tres maridos y para el mundo, las letras "C-G" son sus iniciales. ¿Hace falta aclarar que, además de llevar varios títulos de nobleza y merecer tratamiento de Su Alteza Real, se llama Carolina Grimaldi? Sin embargo, detrás de aquella piedra -por la que pagaron 25 mil dólares- hay una historia de amor que hizo suspirar al mundo.

Las primeras fotos del romance fueron tomadas por el francés Pascal Rostain , autoproclamado "rey de los paparazzi". Fue, durante años, una de las cámaras más efectivas de Paris Match . Se hizo fotógrafo persiguiendo el sueño de retratar la realidad, mostrar el hambre en el tercer mundo y contar las guerras. Siempre en blanco y negro. Pero un colega veterano le enseñó a cazar famosos y terminó encandilando actores de Hollywood con su flash.

Pascal Rostain, el paparazzo que fotografió por primera vez a Guillermo Vilas y Carolina de Mónaco juntos. Fue en junio de 1982, en la isla de Maui, Hawái.

El romance de la princesa y el campeón comenzó el domingo 11 de abril de 1982, nueve días después de la recuperación de las Islas Malvinas. Aquella tarde, Guillermo Vilas venció al checo Iván Lendl y ganó el Abierto de Montecarlo por segunda vez (podría haber sido su tercera consagración en el principado, pero el año anterior, en 1981, la final se canceló por lluvia cuando Vilas y el estadounidense Jimmy Connors estaban 5-5 en el primer set, tenía el saque el argentino, pero quedó "sin definición"). La familia Grimaldi, a pleno, aplaudió desde el Palco Oficial. Sin embargo, el gran Willy recién cruzaría palabra con la hija mayor de Rainiero algunas horas más tarde, esa misma noche, durante una celebración en la disco Jimmy’z .

Carolina ocupaba una mesa central junto a su hermana Estefanía. Cuando vieron entrar al campeón, a medianoche, lo invitaron a sentarse en su mesa. Las crónicas de la época dicen que hablaron de literatura: Vilas les contó de sus poemas y Carolina le anticipó que estaba por editar un libro con entrevistas a celebridades de todo el mundo. Tomaron Dom Perignon . Se despidieron a las seis de la mañana con la promesa de seguir la charla pronto...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR