Las guerras virtuales de Cambiemos

El contraste puede resultar fuerte: en una imagen, el Presidente besa amorosamente a su esposa, Juliana Awada, por su cumpleaños, en Instagram; en sendos spots, de factura profesional, se reivindican obras de gobierno y testimonios de personas que las agradecen, pero con una impronta decididamente más agresiva. En el off del primero, que dura 20 segundos, se escucha el cantito insultante hacia Mauricio Macri que los kirchneristas vienen fogoneando hace tiempo en el fútbol y en algunos recitales. El mensaje cierra con esa misma frase difamatoria, pero entre signos de interrogación. El segundo contrapone malas noticias (dólar, riesgo país, FMI, tasas de interés, etc.) con testimonios de reconocimiento por una cloaca, una cuadra asfaltada u otras obras de infraestructura, pero también machacando con una consigna dura y soez: "¿A quién carajo le importa?".A pesar de que la factura de ambos mensajes es profesional y cuenta con imágenes ya transitadas por comunicaciones anteriores de Cambiemos nadie del staff oficial y paraoficial en materia audiovisual se hace cargo de los mismos. Es que resultan absolutamente disruptivos respecto de las "ondas de amor y paz" que caracterizan las historias "de cercanía" de Macri y María Eugenia Vidal. Sin embargo, funcionarios de primera línea los vienen viralizando con entusiasmo.¿Los "chicos buenos" empezaron a tirar piedras y esconden la mano? Podrían alegar en este caso, y es cierto, que no atacan a nadie y que, en todo caso, intentan revertir agresiones recibidas. Pero la campaña aún ni siquiera empezó. ¿Hasta dónde piensan escalar?Otro forcejeo asordinado se registra entre el movimiento inorgánico y creciente de militantes virtuales pero reales de Cambiemos y el pavor de Marcos Peña de que se confunda a aquellos con trolls y bots que los opositores le imputan incesantemente a la Jefatura de Gabinete. En tanto que sectores más políticos de la coalición oficial bregan por un reconocimiento más formal de esos militantes virtuales espontáneos para darles contención y consensuar estrategias de comunicación, otros aconsejan tomar distancia lo más posible para que no se le imputen a Peña esas acciones. Los primeros están convencidos de que hoy los territorios no solo se disputan en las calles, sino también en el ámbito intangible de las redes. Que si bien ese espacio sigue siendo chico en relación con el mundo real y demasiado contaminado por expresiones variadas del llamado "círculo rojo" que distorsionan...

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