La guerra entre los hermanos Fujimori puede moldear el futuro de Perú

Comparten el apellido, la pasión política y la bancada parlamentaria. Pero nadie los verá juntos en la mesa de fin de año. Ya nada parece unir a los hermanos Keiko y Kenji Fujimori, dos potencias de la política peruana, herederos de la dinastía que divide las preferencias del electorado desde hace tres décadas, y cuyas querellas internas marcarán el futuro del país.

La guerra dentro del fujimorismo enfrenta a Keiko (42) -líder de Fuerza Popular, con mayoría absoluta en el Congreso- con su hermano menor, Kenji (37), legislador por ese mismo partido y el congresista más votado. Por encima aparece Alberto, el patriarca del clan, indultado hace una semana y, probablemente, con ganas de retomar el negocio familiar. Un triángulo de amores, rencores e intereses, un melodrama familiar sin estrenar en Netflix, pero con varias temporadas en Perú.

Fuerza Popular lideró el juicio político por "incapacidad moral" que hizo tambalear al presidente Pedro Pablo Kuczynski. Salvado sobre la hora, el mandatario debió su supervivencia al rescate providencial de Kenji, que, en un desafío a la orden partidaria de tirarlo abajo a cualquier precio, se abstuvo de votar en su contra y arrastró consigo a otros nueve legisladores rebeldes. Fue el héroe del día.

Furiosa, Keiko y el resto de la dirigencia partidaria estudian sanciones por desobediencia. Eso a pesar de que la maniobra significó la libertad de su padre. Alberto fue indultado, según se supone, por un arreglo entre Kenji y el elenco gobernante. Si liberaba a Fujimori, Kuczynski mantenía la presidencia. Pero ¿acaso a Keiko le convenía que su padre viera de nuevo a la luz?

"Lo que se vio a lo largo de este año y medio de gobierno de Kuczynski es que ella, como líder de la oposición, fue concentrando poder en una actitud muy reacia a colaborar, y sin disposición a darle el indulto a su padre, probablemente por temor a perder el liderazgo del partido", dijo a la nacion Alfredo Torres, director de Ipsos Perú. "En función de esa realidad, Kenji reaccionó y empezó a tener posiciones a favor de Kuczynski, y también buscando el indulto de su padre", agregó el analista político.

Los hermanos tenían objetivos diferentes, por no decir encontrados. Keiko buscaba la presidencia desde 2011, cuando perdió con Ollanta Humala. Lo intentó de nuevo en 2016 y no llegó por un puñado de votos, menos de medio punto.

Kenji tenía la idea fija de sacar al padre de prisión. Era su meta en la vida, su trabajo y su obsesión. La condena a...

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