Guerra civil y jihadismo, el relevo de Khadafy

Después de aprovechar el viento a favor de la "primavera árabe" para liberarse de la dictadura de más de cuatro décadas de Muammar Khadafy, los libios se encaminan ahora a una abierta guerra civil, el escenario perfecto y deseado por Estado Islámico (EI), que desde hace meses exportó desde Siria e Irak sus métodos brutales al este del país.

Desde agosto, el caos avanza por duplicado en Libia, donde sus siete millones de habitantes están partidos por dos gobiernos, dos parlamentos y dos ejércitos, controlados por los islamistas del grupo Fayer Libia en Trípoli y las fuerzas seculares de Operación Karama, asentadas en Tobruk.

Después de las elecciones generales de junio pasado, los integrantes del viejo Congreso General de la Nación, controlado por los Hermanos Musulmanes, se negaron a disolver ese cuerpo a pesar de la constitución del nuevo Parlamento, la Casa de Representantes reunida en Tobruk, donde fue designado premier Abdullah al-Thini, luego reconocido por la comunidad internacional. Los "rebeldes" en Trípoli formaron su propio gobierno, conducido por Omar al-Hassi.

Los poderes regionales no están ausentes. Egipto y...

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