En guardia: Francisco, entre los éxitos diplomáticos y las resistencias internas

ROMA.- Francisco entra mañana en su cuarto año de pontificado luego de 12 meses marcados por éxitos diplomáticos en sus viajes internacionales -que no quedaron exentos de algunas críticas- y en guardia ante una resistencia interna cada vez más inquieta de los sectores conservadores con sus reformas aperturistas.

Durante 2015, el Papa escribió una encíclica (Laudato Si') sobre el cuidado del medio ambiente -dirigida a toda la humanidad, no sólo a los católicos-, que tuvo una repercusión sin precedente. Y pese a que confesó que no le gusta viajar, visitó todos los continentes, menos Oceanía. Pisó Sri-Lanka y Filipinas; Bosnia; Ecuador, Bolivia y Paraguay, y Cuba y Estados Unidos, luego de que su intervención fuera clave para sellar el deshielo entre los dos países después de más de medio siglo de enemistad.

También estuvo en Kenya, Uganda y República Centroafricana en noviembre, donde abrió el Año Santo de la Misericordia -pieza central de su programa de pontificado- en la humilde catedral de Bangui. Ése fue un nuevo golpe al eurocentrismo del Vaticano. Hace tan sólo unas semanas, antes de llegar a México, volvió a pisar La Habana para un inesperado encuentro con el patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill, que borró siglos de enemistad con una Iglesia hermana. Abrió así nuevos horizontes en el camino ecuménico (la unidad entre los cristianos) y hacia Moscú.

Pero en los viajes, maratones que pusieron a prueba la resistencia física de un hombre que en diciembre cumplirá 80 años, no todo fue color de rosa. Dejó descontentos a algunos sectores que habrían querido verlo, como los disidentes en Cuba y los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en México. También dejó un gusto amargo a sectores que habrían querido que levantara la voz contra gobiernos populistas latinoamericanos.

En otro reflejo de esa Iglesia en salida, que acompaña a los heridos y que no levanta el dedo acusador para condenar, más abierta e integradora, antes de que empezara el Jubileo de la Misericordia, el 8 de diciembre pasado, impuso dos iniciativas renovadoras que no cayeron bien en sectores conservadores. Decidió agilizar las normas para la nulidad matrimonial y autorizó a todos los sacerdotes a absolver el pecado del aborto a las mujeres que en confesión se muestren arrepentidas y pidan perdón durante el Año Santo de la Misericordia. Una práctica en verdad ya usada por diversos obispos en varios países.

En su inicio, el cuarto año de Francisco quedará...

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