La guarangada, un símbolo de la época

El poco apego a elementales normas de educación y buen trato del kirch-nerismo ha ocasionado, incluso dentro de sus propias filas, éxodos voluntarios, caídas en desgracia y ocasos prematuros.

Ha sido tan persistente la intemperancia, los fieros modales y la incorrección en las maneras que hasta medidas acertadas tomadas desde mayo de 2003 se han visto opacadas por el mal talante con que fueron comunicadas.

Tal es la irritabilidad que causa que ya no pocos votantes se disponen a conformarse con una versión supuestamente más educada y contemporizadora del "modelo", que encarnaría Daniel Scioli si es que el curso de kirchnerista veloz que viene haciendo no logra sacarlo de su eje de Capitán Frío, que manda al freezer todas las controversias. En el mejor de los casos, Scioli sería una versión apenas menos estridente del actual gobierno.

Sobre los excesos verbales, los continuos papelones de impuntualidad o de faltazos en cumbres diplomáticas, los chisporroteos con la Iglesia (antes de que Jorge Bergoglio se convirtiera en Francisco), la "grosería estremecedora" del Indec, el apañamiento de personajes con graves causas judiciales pendientes y los obsesivos estiletazos contra la prensa, se explaya el libro de Diego Bigongiari, que la editorial Margen Izquierdo acaba de publicar.

Su título es más que elocuente: Guarangadas K, cuya bajada sintetiza la línea argumental a lo largo de sus 335 páginas: "Crónica de doce años de groserías, descaros y maltratos kirchneristas".

Según el Diccionario de la Real Academia Española, "guarango/ga" significa "incivil, grosero" y es una voz que proviene del quechua ("waranqu"). Aunque ha caído en desuso, era una de las preferidas de las clases acomodadas durante el siglo pasado y aplicada con frecuencia a aquellos que no atendieran las normas de buen comportamiento en la vida común de todos los días, o de ceremonial, en la faz pública.

Bigongiari se ha tomado el trabajo de recopilar meticulosamente los más conocidos derrapes del matrimonio Kirchner y sus principales colaboradores durante la extendida "década ganada". Un trabajo de archivo monumental que se completa con los testimonios de primera mano, en on y en off, recogidos en círculos diplomáticos y periodísticos, sobre el carácter pendenciero, que no es sólo forma, sino también fondo de la naturaleza K.

El autor opina que "Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner podrían haber hecho lo mismo sin causar tanto trastorno por su manera de ser". Pide que...

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