Guapas, el quinteto de la intensidad

Es como meterse en un laberinto. Lleno de giros en falso, de caminos que no conducen a ningún lado y de frustraciones varias, pero, si se insiste, hay recompensa. Un encuentro en el centro, al final del recorrido. Una reunión que compensa todo lo demás. De eso se trata la amistad femenina, de un enredo a veces incomprensible, pero tan fascinante que la ficción vuelve una y otra vez a transitarlo. Y ahora se trata de , un cuadro de quíntuple entrada que se estrena mañana, a las 23, por El Trece.

Una escena con cinco personajes siempre es complicada de realizar. Si esos personajes además se mueven en el decorado, si todos tienen cosas que decir y situaciones dramáticas que desplegar, las cosas se vuelven aun más trabajosas. En eso están Mercedes Morán, Carla Peterson, Florencia Bertotti, Isabel Macedo y Araceli González junto con Lucas Gil, uno de los directores de la tira (el otro es Daniel Barone), desarmando y volviendo a armar el encuentro entre Mónica, Mey, Lorena, Laura y Andrea, sus personajes en esta historia escrita por Leo Calderone y Carolina Aguirre.

Esta vez el encuentro es en la casa de Andrea, el personaje de González, que está viviendo un crisis fuerte. Pero no es la única, claro. Porque si a ella se le está cayendo a pedazos un matrimonio de veinte años y con él toda su estructura de vida, su hermana Laura (Macedo) acaba de tomar una decisión que la cambiará para siempre; Mey (Peterson) tolera apenas "ser pobre, estar sola y sobria"; a Mónica (Morán) le toca hacerse cargo de su soledad y a Lorena (Bertotti) enamorarse por primera vez. Todo eso y mucho más se verá en Guapas y algo aparece en esta escena del capítulo ocho en la que pasan del llanto y los nervios a la pelea declarada, la alegría y la pelea otra vez.

"¿Me están juzgando?", pregunta Araceli como Andrea y eso deriva en la negación de algunas, la ira de otra que aprovecha para descargar su bronca y contar lo suyo y la diplomacia de la de más allá. Un muestrario de personalidades que se cruzaron siete años atrás cuando las cinco perdieron todo por la estafa de la financiera que les cuidaba los ahorros. Compañeras en la desgracia, se unieron a pesar de sus diferencias y forjaron un lazo de esos que desconciertan a propios y ajenos, que no pueden explicar pero tampoco hace falta. Porque la amistad no se explica, se vive y si es una amistad entre mujeres se vive intensamente. Y a este quinteto lo que le sobra es intensidad.

"Mónica es una señora que está muy enojada...

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