Grotesca intolerancia de Correa

La 21a Cumbre Iberoamericana, celebrada hace pocos días en Asunción, estaba a punto de pasar inadvertida porque apenas la mitad de los jefes de Estado que debían haber concurrido, lo hicieron. Para el anfitrión, el presidente del Paraguay, Fernando Lugo, lo más incómodo del extendido plantón de sus colegas puede haber sido la ausencia de sus tres socios del Mercosur, incluyendo a nuestro país.Pero el acontecimiento que marcó la cumbre estuvo esta vez a cargo del intemperante presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien abandonó arbitrariamente las sesiones cuando hablaba una calificada representante del Banco Mundial, que naturalmente había sido invitada a hacerlo.Correa parece creer que no tiene nada que aprender de nadie. Y que la cortesía hacia el dueño de casa y los demás concurrentes, hacia su propio país y hacia la seguramente sorprendida oradora simplemente no existe. El mandatario ecuatoriano, que dedica buena parte de su tiempo a perseguir a la prensa independiente y a los periodistas que osan criticar su gestión, al dejar su silla vacía ofendió a todos sus pares. Es más, olvidó que la democracia no es debilidad, ni tolerancia es pasividad.Correa dijo que abandonaba el lugar para "no tener que escuchar" a...

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