La gran obra del padre Mario

En los años 60, con pocos ahorros, el sacerdote católico Mario Pantaleo compró en González Catán, La Matanza, un terreno y comenzó a construir una pequeña casa. Para entonces, la Parroquia del Pilar de Buenos Aires, donde trabajaba, resultaba insuficiente, ya que cada vez más personas que conocían su capacidad para diagnosticar y aliviar el sufrimiento demandaban su atención.Perla Gallardo acudió al sacerdote por un problema de salud y, al sanar, comprometió su ayuda y la de su familia para levantar una iglesia e instalaciones para la tarea social. En 1975 se celebraron las primeras misas y la labor en el barrio se extendió. "El hombre solo no hace, es la comunidad la que hace", era una de las frases del padre Mario. Así, desde el humilde barrio Villa Carmen, se propuso ayudar a los más vulnerables. Abrió una guardería para los niños que quedaban solos cuando sus padres salían a trabajar o a buscar trabajo, y estableció un encuentro permanente con los adultos. Para los niños se puso también en marcha una escuela primaria en espacios provisorios mientras construían los edificios. Cuando la primera promoción egresó, la escuela...

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