El gran desafío de captar la atención

El siglo XXI parece traer una nueva y silenciosa guerra. Más discreta que las territoriales, menos cruenta que las religiosas, menos dramática que las de escasez de alimentos, fuentes de riqueza y energía. Se ha incorporado la guerra por la atención, en la que distracción y concentración libran una batalla por nuestro tiempo.

Y ahí, en el dinámico y competitivo mercado de la atención, los juegos, las redes sociales, el entretenimiento y las novedades tecnológicas avanzan a velocidad exponencial. La información, las noticias y sus servicios asociados pelean por su lugar. Y su lugar, aunque desafiado y cuestionado, es creciente: en un mundo hiperconectado, estamos expuestos a una cantidad de información que crece, y necesitamos de herramientas que faciliten la tarea de acceder a ella: ordenarla, jerarquizarla, seleccionarla, interpretarla, profundizarla...

Desde hace 20 años (cuando se convirtió en el primer medio local en lanzar su versión web), LA NACION ha decidido liderar ese espacio. Enfocado en la calidad, la velocidad, la utilidad y la relevancia de su propuesta, busca casi obsesivamente llevar esa visión pionera a espacios como los teléfonos inteligentes, las redes sociales y las propuestas audiovisuales para satisfacer las demandas de una audiencia que se transforma y que es cada vez más exigente, más protagonista.

La nueva versión de la propuesta digital de LA NACION (la octava desde aquel grito inicial de 1995) persigue esos objetivos: innovar, actualizar, mejorar. El desafío es enorme, pero dedicamos cada vez más esfuerzos y recursos a...