Gomorra: retrato de Scampia, el feudo de la mafia que visitará el Papa

NÁPOLES.- Queda a sólo 20 minutos de subte -moderno y pulcro- del centro de Nápoles. Pero en Scampia, el barrio del norte de esta ciudad que saltó a la fama con , el best seller de sobre la camorra, uno parece estar a años luz de la encantadora ciudad del Vesubio.

Es un día de sol, pero todo parece gris en este barrio-símbolo de la degradación y la ilegalidad, que padece una de las tasas más altas de desocupación de Europa, superior a 63%. Aquí el comenzará pasado mañana su visita de un día a Nápoles. Como muchas periferias de otras partes del mundo, Scampia es desidia, espanto. Es un área de 4,2 km2 donde oficialmente viven 47.000 personas, cifra que asciende a 60.000 si se tienen en cuenta okupas y gitanos. La gran mayoría son jóvenes.

Considerada por los propios napolitanos como una zona de riesgo o un verdadero Far West, donde es mejor no meterse solo, el área es dominada por grises y anónimos edificios de cemento tipo monoblock, desde donde saltan a la vista antenas parabólicas y ropa colgada.

Hay avenidas desiertas donde casi no hay negocios, tan largas que nadie anda a pie. Uno se pregunta cómo puede ser que en Italia, país que a lo largo de su historia milenaria dio vida a tesoros de la arquitectura, pudieron levantarse construcciones tan lejanas a la estética como las de Scampia.

Es el caso de "Le Vele", un complejo de siete edificios con forma de vela de barco y con zonas internas conectadas por escaleras, sinónimo de la Gomorra que reina en Scampia.

Feudo de la mafia napolitana, territorio de tráfico de droga y hace diez años escenario de una violenta guerra entre clanes, el barrio empezó a edificarse en la década de 1970 sobre campos que había al norte de Nápoles. De ahí el nombre de Scampia, "descampado" en el dialecto napolitano, según explica a LA NACION Giuliana Martirani, docente de geografía política y económica en la Facultad de Ciencias Políticas de Nápoles.

El Estado entonces debía dar viviendas populares a miles de personas que habían llegado a la ciudad a trabajar desde el campo, a otros que habían perdido su hogar durante la Segunda Guerra Mundial y a familias indigentes que no tenían un techo propio.

Pero la degeneración comenzó aún antes de que el barrio estuviera inaugurado. Aunque había familias a las que la comuna le había asignado una vivienda de acuerdo con una clasificación, otras, "abusivas", comenzaron a meterse ilegalmente en los edificios, aunque no estuvieran listos. "No había cloacas, las escaleras no tenían protección, no había vidrios, las alcantarillas no estaban cerradas... Y en Scampia se...

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