Con goles a favor y en contra

Fue uno de los grandes misterios de nuestra infancia. A todos nos pasó: el día que llevamos el germinador al colegio -el frasco con el secante y el poroto adentro- se representaba en nuestras caras, según como nos hubiese salido el experimento, una de las primeras aproximaciones existenciales al éxito o al fracaso.

Supuestamente, todos habíamos hecho lo mismo -humedecer un poco cada día el secante para que el poroto brotara-, pero las diferencias en los resultados entre uno y otro germinador solían ser notables: algunos lograban una vigorosa plantita; otros, apenas unos tímidos brotes verdes y, horror, no faltaban los que, con pesar, se avergonzaban de su poroto hinchado y ennegrecido que todos compadecíamos con cierta impresión.

¿Cuánto de azar había en esos resultados y cuánto de procedimientos mal realizados? ¿Habíamos regado de más o de menos? ¿O la culpa era del poroto? Misterios de la naturaleza.

La historia del germinador podría funcionar como una metáfora de este primer año del gobierno de Cambiemos, que se cumplirá el sábado. No es una asociación forzada porque en algún momento de estos meses incluso se habló de "brotes verdes" y hasta el presidente de la Nación se animó a autocalificarse como si fuera, al mismo tiempo, director y alumno de este revoltoso colegio llamado República Argentina.

Definitivamente, el generoso 8 que se puso el primer mandatario -nota con la que también pareció sentirse cómodo el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay- es todavía más preocupante que los muchos temas pendientes por resolver, la mayoría heredados del gobierno anterior, a los que se agregaron los generados por la actual gestión, porque estaría indicando que Mauricio Macri entiende que tiene muy poco por mejorar (apenas en su cálculo le faltan dos puntos para el sobresaliente). ¿No será mucho?

Es que por su mentalidad futbolera, el éxito y el fracaso para el primer mandatario están más cerca de lo que la mayoría pensamos. Hay una imagen a la que Macri recurre frecuentemente cuando piensa en el tema: pelota dentro del arco (éxito), pelota que pega en el palo (fracaso). Deduce que en la política no es muy diferente.

Para seguir con esa idea, se podría decir que el campeonato que juega Macri acaba de empezar: la cuarta parte de su mandato ya consumida equivale apenas a 22,5 minutos del primer tiempo de un partido (¿de ida solamente o habrá también otro de vuelta?).

¿Y cuántos goles convirtió el Presidente en estos meses? Varios e importantes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR