Godzilla

Godzilla (Estados Unidos-Japón, 2014)/ Dirección: Gareth Edwards/ Guion: Max Borenstein, sobre historia de Dave Callaham/ Fotografía: Seamus McGarvey/ Edición: Bob Ducsay/ Música: Alexandre Desplat/ Elenco: Aaron Taylor-Johnson, Ken Watanabe, Bryan Cranston, Elizabeth Olsen, Sally Hawkins, David Strathairn, Juliette Binoche, Carson Bolde, CJ Adams/ Distribuidora: Warner Bros/ Duración: 123 minutos/ Calificación: Apta para mayores de 13 años con reservasNuestra opinión: malaGodzilla es una de esas catástrofes inexplicables en las que cada tanto incurre Hollywood, como si careciera de instancias de chequeo. Esta película incluso desaprovecha tener como punto de comparación la muy mala Godzilla, de Roland Emmerich (1998). Aun así, esta Godzilla de Gareth Edwards -que había hecho Monsters, intrigante ciencia ficción de 800.000 dólares de costo- es peor. Empieza con algunos detalles que prometen: un poco de estética de los cincuenta -de los orígenes cinematográficos japoneses de este monstruo- y luego unos planos de un helicóptero sobrevolando islas selváticas que nos recuerda el principio de Jurassic Park. Pero eso es todo: van sólo cinco minutos y quedan casi dos horas de ruido y balbuceo visual y genérico.Empiezan, pronto, a fallar las actuaciones: Bryan Cranston, que solía ser confiable antes del éxito de Breaking Bad, aquí actúa con la intensidad de un actor con modos teatrales en una prueba televisiva, y tiene un pelo extrañísimo, que distrae. Lo peor, sin embargo, está por venir: el "muchachito" de la película no solamente es un personaje que a todas luces sobra, sino que probablemente el inglés Aaron Taylor-Johnson logre alguna especie de récord del desastre. El personaje sobra porque para que forme parte de la acción deben empujarlo las situaciones más absurdas y más inverosímiles a intervalos regulares, por ejemplo la del chico del tren del aeropuerto, de un nivel de arbitrariedad alarmante.Sobre la actuación, algo clave: Taylor-Johnson pone al principio de cada escena la cara a la que tiene que arribar al término de ella. Es decir, ya pone cara de compungido antes de que aparezca el motivo para su reacción: actúa como si recalentara comida. La mayoría de los actores se...

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