Godoy, o la delgada línea entre la gloria y el ostracismo

Para Maximiliano Godoy, ganar el Abierto no es sólo una cuestión de honor. Hoy se juega un lugar en el olimpo del golf argentino, pero, tan importante como eso, también la posibilidad de mantenerse en el exigente circuito.En su quinto año como profesional, el sorpresivo puntero del 106° VISA Open atraviesa una realidad que afecta a muchos argentinos que intentan insertarse en la elite y ganarse la vida con este deporte: la falta de presupuesto. Basta un ejemplo: clasificado con lo justo a la etapa final del Tour de las Américas (está 40° en la Orden de Mérito del TPG y entran los mejores 40), que se disputará desde el jueves en Santiago, Chile, debió desistir de participar."Me tuve que borrar. Se me cayó un sponsor a último momento y no voy a poder viajar. Por ahora me bancan mi mamá, mi hermana y mi novia", cuenta Godoy, entre orgulloso y resignado.Este joven del Ranelagh Golf Club, la casa del gran Roberto De Vicenzo, nació en Berazategui hace 23 años. Como tantos compatriotas suyos que hoy triunfan en las canchas de Europa y Estados Unidos, Godoy comenzó su carrera llevando palos ajenos. "Fui caddie desde los 13 hasta los 17 años, cuando me hice profesional. Desde entonces, no volví a cargar una bolsa". Su mejor resultado es un tercer puesto, conseguido por última vez en Misiones (torneo del TPG argentino), en 2010. La semana pasada, en el Torneo de Maestros, no pasó el corte por un golpe; idéntica situación había vivido en su debut en el Abierto, en 2010.Maxi Godoy llega a la última vuelta de hoy con dos golpes de...

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