El Gobierno recibe más denuncias por aprietes sindicales

Las recientes agresiones sindicales de las que fueron blanco el presidente y la gobernadora bonaerense, , tienen también su correlato en el sector empresario.

"Desde que el Presidente salió a hablar de las mafias [sindicales] no tengo menos de dos o tres denuncias por semana por aprietes", dijo hace unos días el secretario de Trabajo, Ezequiel Sabor, durante un almuerzo con miembros de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa.

En la secretaría que ocupa el número dos del Ministerio de Trabajo se apilan desde hace meses pedidos de empresarios que reclaman la intervención del Gobierno para mediar en conflictos sindicales.

Extorsiones para que las empresas sumen más trabajadores de lo previsto; tiros en el domicilio de un directivo de una compañía de Entre Ríos por haber despedido personal, y pedidos de sobornos para no paralizar una obra son algunos de los casos.

La semana pasada, el eje de las presentaciones fue solamente uno: los juicios laborales. Fue a partir de la acusación de Macri contra el diputado kirchnerista Héctor Recalde, a quien señaló como el conductor de "la mafia de los juicios laborales". Un caso: la empresa Sinteplast denunció ante el Gobierno que sus trabajadores hacen presentaciones en la Justicia contra las ART por "una expectativa monetaria desmesurada prometida por los abogados".

Sabor tomó nota de los episodios y en algunos de ellos hasta ofició como una suerte de mediador entre el sector empresario y los gremios. Sin embargo, en algunos casos, la capacidad de acción del Ministerio de Trabajo se percibe limitada ante determinados hechos que rayan lo delictivo y que requerirían la intervención de la policía y de la Justicia.

"Necesitamos que la Justicia haga algo porque a veces no tenemos herramientas para avanzar", se quejaron en voz baja en el organismo que dirige Jorge Triaca. Tensiones cotidianas que guían hoy el vínculo entre el Gobierno y la Justicia.

Las denuncias empresarias en el Ministerio de Trabajo no tienen siempre su réplica en la Justicia. "No lo hacen porque a veces terminan arreglando entre las partes", argumentaron con algo de resignación en la sede laboral.

Entre las denuncias recibidas por el secretario de Trabajo, una es de la aceitera Entre Ríos Crushing, que está en conflicto con la Federación de Aceiteros desde febrero por la reducción de personal. Escaló la tensión cuando la jefa de recursos humanos de la empresa denunció un ataque a tiros en su vivienda, además de haber sufrido...

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