El Gobierno quiere que se fusionen las obras sociales con cuentas complicadas

El sistema de salud argentino cruje por varias aristas. Y si bien por ahora en el Gobierno no hablan de grandes paquetes de normas, sí están intentando realizar algunos ajustes. Por lo pronto, con el objetivo de mejorar el funcionamiento de las obras sociales, la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) comenzó a sondear a varios directivos de esas entidades para que busquen fusionarse.

La idea es que obras sociales que tienen perfiles similares, pero que hoy no tienen escala -y, en muchos casos, cuentan con patrimonio neto negativo-, operen bajo una sola administración y compartan prestadores.

"El de obras sociales es, después de todo, un negocio como el de los seguros, la clave pasa por tener volumen: que haya muchos afiliados sanos que puedan solventar los gastos de unos pocos enfermos", reconoció a LA NACION una fuente de la SSS al tanto de las negociaciones, que pidió no ser identificada.

Se trata de un proceso que, reconocen, no será fácil. Aun las obras sociales más chicas tienen una identidad gremial y su personería, y en el sistema de salud hay más de 300 obras sociales, algunas con menos de 1000 afiliados. Por ejemplo, sólo en el mundo del turf hay siete obras sociales distintas. También hay varias empresas (como las automotrices) que tienen sus propias obras sociales y que por intereses y perfil podrían operar como una sola.

En la SSS, que ahora conduce Sandro Tarrico, sin embargo, no creen que las fusiones o sinergias puedan venir de alguna norma. Todo lo contrario, negocian con los responsables de las organizaciones una suerte de esquema de seducción. La SSS les propone asistencia económica para acompañar el proceso. La SSS tiene, después de todo, $ 4500 millones en el Fondo Solidario de Redistribución, que pueden ser destinados para financiar tratamientos crónicos caros y enfermedades complejas, pero que también tienen la posibilidad de usarse para infraestructura y el fomento de la actividad, en general.

"A muchas obras sociales las une el espanto. Estamos todos de acuerdo en que el sistema está demasiado fragmentado y hay que repensar cuál es la dimensión óptima de una obra social", explicó la fuente. Además, la SSS viene trabajando desde hace meses en mejorar los precios que pagan las obras sociales a los prestadores, mediante un observatorio de precios de todo el sistema. Y planea avanzar en esquemas de compra en alianza con PAMI y IOMA.

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