El Gobierno promete beneficios a cambio de cerrar acuerdos de 25%

La devaluación del peso y la inflación empujaron a las paritarias a un terreno de incertidumbre y todavía no existe una referencia concreta de suba para sentarse a acordar salarios. En medio de este berenjenal, el Gobierno busca negociar contra reloj con sindicatos afines la firma generalizada de un aumento del 25 por ciento, lo que equivale a diez puntos menos de lo que exigieron los gremios opositores y a un porcentaje si es que la tendencia del primer trimestre de 2014 sigue su marcha.

y en pleno conflicto, a pesar de que los gremios que negocian se declaran abiertamente kirchneristas, el Gobierno apuesta a dar un golpe escénico con el cierre en cadena, al menos, de diez acuerdos salariales en torno a un 25%. Para ello, avanza con la estrategia de negociar con los gremios más cercanos un aumento del 25 por ciento, a cambio de promesas de reconocer el pago de sumas no remunerativas, bonos de fin de año, premios u otros beneficios.

La propuesta oficial fue escuchada y debatida en la cúpula de la CGT oficialista que encabeza Antonio Caló. El ofrecimiento surgió de un interlocutor inusual para algunos gremios: el secretario de Obras Públicas, José López, un funcionario que responde directamente al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. López se habría comunicado con Gerardo Martínez, líder de los obreros de la Uocra, y con el estatal José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias.

El pedido de moderación, hasta el momento, no tuvo demasiado eco entre los sindicalistas. La salvedad fue el jefe de la Uocra, quien reconoció que su pedido de aumento salarial "será en base a un 25%". A decir verdad, Martínez está casi en una encerrona: miles de los puestos de trabajo de su gremio dependen de la continuidad del Procrear y del Plan Federal de Obras Públicas. Y la presión es mayor si se tiene en cuenta que el Estado no actualizó los valores de algunas licitaciones y están en riesgo algunos contratistas vinculados con la construcción.

Después de la orden de mesura que partió desde el Gobierno, Caló sorprendió con la exigencia salarial que hizo esta semana su gremio, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Caló rechazó el miércoles pasado una suba del 24% a pagarse en tres cuotas. Su pedido inicial a las cámaras empresarias se mantiene: quiere un alza del 30%, en un solo tramo, más $ 2000 adicionales. Busca mostrar este porcentaje de suba como un triunfo en el congreso nacional de los metalúrgicos del 8 de abril.

En una disputa similar a la de la UOM...

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