El Gobierno prevé un primer semestre con más tensión gremial

La convocatoria al paro de la y la presión de los gobernadores por el destino de la paritaria docente no sólo sellaron la semana política que pasó. También dejaron planteado un clima que amenaza con extenderse y marcar el ritmo de la agenda del primer semestre de este año electoral, clave para Mauricio Macri y para la oposición.

Así lo evalúa el Gobierno, que vislumbra semanas de tensión gremial en alza y de mayor conflictividad social. Basa su análisis en varios factores. Por un lado, las elecciones de medio término de octubre. Por otro, una combinación entre recursos fiscales más escasos y menos voluntad de su parte para resolver conflictos con billetes. Atravesando ambas cuestiones persiste una situación económica que, más allá del discurso oficial de "recuperación incipiente", aún no da señales sostenidas de reactivación.

Todo pasó el jueves. La CGT convocó a una marcha el 7 de marzo y amenazó con organizar un paro en la segunda quincena del mes que viene. Sería la primera huelga nacional contra Macri. El año pasado, el Gobierno sólo enfrentó una movilización masiva de las tres CGT (entonces dividida) y las dos CTA, y amagues de paro que la CGT unificada nunca concretó.

También el jueves la mayoría de los gobernadores se juntaron para advertir que actuarán en bloque para garantizarse los fondos nacionales que les permitan afrontar la paritaria docente. Por primera vez en 11 años, la negociación no empezará con la fijación de un piso nacional que encauce la negociación en las provincias.

Frente a ambos movimientos, que tienen como elemento común la decisión de tensar la cuerda con Macri, el Gobierno optó por una estrategia hasta ahora poco explorada: esperar y ver, dejar que baje la espuma, no forzar una respuesta.

"No vamos a actuar de forma reactiva ni intempestiva. Vamos a convocarlos [a los jefes de la CGT], pero no ahora, vamos a esperar un poco", dijeron a LA NACION cerca de un ministro de trato habitual con los gremios. El rumbo quedó trazado en público por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, con el argumento de que el paro busca marcar la cancha de cara a las legislativas y no tiene razón de ser porque la economía está empezando a salir del abismo.

En la CGT rechazan de plano esa mirada optimista y ratifican la intención de ir a la huelga, pero al mismo tiempo admiten que el diálogo con el Gobierno sigue existiendo y que la huelga podría quedar en la nada si el Gobierno "rectifica el rumbo". ¿Qué quiere decir rectificar el...

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