Un gobierno con pocos recursos para volver a atraer

Cuando la economía no anda bien, la ciudadanía se queja de la corrupción, que suele aparecer al tope de las demandas. Cuando las cosas mejoran, la gente se olvida de ella. Eso dijo el prestigioso Rudiger Dornbusch a principios de 1997, en una entrevista con LA NACION. Su idea era que la Argentina tendría una enorme entrada de capitales una vez superado el efecto Tequila, que el país retornaría al fuerte crecimiento y que eso calmaría las demandas sociales por la falta de transparencia en el gobierno, que ya jaqueaba al menemismo.Esa "regla" se cumplió en todo caso en 2011, cuando las denuncias por corrupción existían y la actividad económica era muy intensa. La presidenta Cristina Kirchner ganó con el 54% de los votos. Dornbusch no lo vio porque falleció en 2002.Pero en todo caso se le podría haber dicho que no se cumplió lo que dijo a este enviado especial en Davos hace más de 16 años. En 1997, el menemismo perdió las elecciones y comenzó el ascenso de lo que sería la Alianza. En todo caso, la regla de Dornbusch tiene excepciones.El índice general de expectativas económicas (IGEE) muestra que hoy se está lejos del optimismo de octubre de 2011, pero también del pesimismo de 2009. Y sin embargo el oficialismo sufrió una derrota aun peor que cuatro años atrás. Pareciera que hay dimensiones políticas que importan.Si ahora hay un crecimiento económico es, en parte, porque se compara contra un año malo, como 2012, que tuvo una fuerte caída de la cosecha gruesa (la más importante) por sequía. Menos granos para cosechar, transportar, moler y exportar es mucha menos actividad en muchos sectores conexos. En 2013 hay una vuelta a algo más parecido a la normalidad, no un milagro, como una lectura poco inteligente de las estadísticas podría sugerir.Como en 1997, el crecimiento es muy desparejo por sectores. Hay en muchos de ellos problemas de sobrecostos locales en dólares y dificultades con el empleo. "No hay una caída neta enorme, pero sí bajan las horas extras y mucha gente sabe que no hay ofertas de puestos, que si se pierde el que se tiene es muy difícil conseguir otro", dice un consultor, que subraya que, a diferencia de hace dos años, hoy no hay rotación. "Es el paso previo a una caída de los puestos si la tendencia no cambia", dice.¿Puede hacer algo el Gobierno para cambiar la tendencia para octubre? Si el problema es que perdió apoyo...

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