El Gobierno negocia con la CGT para tener 'paz electoral'

Más allá del discurso político, Cristina Kirchner no le declarará la guerra al poder sindical. Y la CGT de Hugo Moyano tampoco romperá lanzas. La Presidenta pretende alcanzar la paz social para este año electoral, en el que se descuenta que buscará su reelección. Su objetivo es mantener el control de la calle y que las demandas salariales no disparen la inflación.El martes pasado, en la apertura del período de sesiones ordinarias, la Presidenta había lanzado una dura advertencia a los gremios con el objetivo, explican en la Casa Rosada, de que quedaran claras esas dos pretensiones.Desde entonces, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, habla todos los días con Moyano. Y el ministro de Planificación, Julio De Vido, como otras veces, negociará con el jefe de la CGT para que los primeros acuerdos en negociaciones paritarias marquen el rumbo de las siguientes, indicaron a LA NACION fuentes del Gobierno.Si hay desbordes, la Presidenta será contemplativa: ordenará el diálogo, aplicará la ley laboral y hará intervenir al Ministerio de Trabajo. Fuentes de la Casa Rosada confiaron que ordenó mostrar severidad ante bloqueos y medidas de acción directa, pero no reprimir de manera violenta. "Es indispensable no romper con el poder sindical", aseguraron.En cuanto a las negociaciones paritarias, ambas partes intentan que no se desmadre la puja distributiva. "Va a haber racionalidad y equilibrio", dijo a LA NACION un vocero de Tomada.Moyano ya dijo que la CGT reclamará con la "inflación del supermercado" y no con la del Indec. Su aliado, el taxista Omar Viviani, pronosticó subas de entre el 26 y el 28% para 2011. Por ahora, la realidad se acercó bastante: los docentes bonaerenses acordaron aumentos del 24% y los encargados de edificio del Suterh, de Víctor Santamaría, del 21, 5, escalonado en tres veces (7% en mayo, en agosto y en octubre). Eso repercutirá en las expensas de los consorcios. Pero el test real será la negociación en los gremios industriales."Que se queden tranquilos, que haremos racionalmente lo que hicimos durante siete años: 1800 convenios firmados sin problemas", aseguró a LA NACION Omar Plaini, diputado y jefe del sindicato de canillitas, cercano a Moyano. Y añadió: "No hay piso ni techo: cada actividad conoce el desarrollo que tuvo".Personas allegadas a Tomada aseguraron: "Nunca en 7 años hubo desmadre: sindicatos, empresarios y Gobierno actuaron con equilibrio". Incluso, en Trabajo tienen la convicción, al igual que en la CGT, de que los bloqueos, a...

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