El gobierno de los ingenieros

Hernán Lombardi suele repetir como humorada que tanto él como el presidente Mauricio Macri son del "PC", pero no del Partido Comunista, sino del "Partido de lo Concreto".

No es casual: ambos son ingenieros civiles en un gobierno en el que -antes que "de ricos" o "de CEO", como lo retratan peyorativamente los que no lo tragan- sobresalen los representantes de esa profesión. Además de los ingenieros mencionados, lo son la canciller Susana Malcorra (ingeniera electrónica); el ministro de Energía, Juan José Aranguren (ingeniero químico); el de Producción, Francisco Cabrera (ingeniero en electricidad y electrónica), y el de Defensa, Julio Martínez (ingeniero agrónomo). Por cierto, también están llenas de ingenieros de todo tipo las actuales secretarías y subsecretarías del Estado.

El dato no es menor. Desde 1810 a la fecha hemos tenido 70 presidentes o posiciones equivalentes (que incluyen a gobernadores bonaerenses que comandaron las relaciones exteriores en la primera mitad del siglo XIX), algunos de los cuales tuvieron doble mandato (Roca, Yrigoyen, Menem, Cristina Kirchner) o más (Rosas, Perón).

Antes que Macri, sólo hubo dos presidentes ingenieros bastante atípicos: Agustín P. Justo, ingeniero civil y militar, que le dio fachada democrática a lo que dio en llamarse la "década infame", por el fraude en las urnas, y el ingeniero civil Ramón Puerta, efímero presidente de horas entre Fernando de la Rúa y el mandatario de una semana, Adolfo Rodríguez Saá, durante la hecatombe de 2001.

La mayoría de los mandatarios argentinos han sido militares (30) y abogados (28).

Además del hecho inédito de ser el primer gobierno no peronista ni radical elegido libremente en las urnas por la voluntad popular mayoritaria, se trata también de la primera administración nacional en la historia argentina en manos de tantos ingenieros.

Muy amablemente el presidente Macri aceptó definir qué significa eso. "El ingeniero -precisa- tiene una formación distinta y más compromiso con lo concreto, con lo real; no con ejercicios teóricos. Aplicado a la política significa que no nos conformamos con hacer anuncios que simbólicamente expresen un montón de cosas pero que en realidad no vayan a tener resultados positivos, medibles y concretos. El compromiso es con la gestión y la resolución de los problemas, no con su acumulación, negación o el intento de que el relato supla a la realidad."

Desgrabando este y otros párrafos sobre el tema, que aquí no se incluyen por falta de...

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