Un gobierno humillado por errores propios

¿? ¿Pegará la página de Clarín que rompió para que parezca que nunca hizo lo que sí hizo? ¿Pedirá disculpas? Desde el momento en que se conoció , la administración cristinista (y, sobre todo, la Presidenta) se parece a esas viejas películas cómicas en las que los actores se equivocan siempre y terminan humillados por su propio error. Sin embargo, sería ingenuo atribuirle semejante confusión sólo a la mala praxis. Es legítimo inferir que estamos frente a un gobierno asustado, casi desesperado por momentos, que trata de esconder algo o mucho.

Nisman garabateó, según lo confirmó ayer la fiscal Viviana Fein, un borrador de denuncia en el que pedía la detención preventiva de Cristina Kirchner, del canciller Héctor Timerman y de la diplomacia paralela de la Argentina (Luis D’Elía, Andrés Larroque y Fernando Esteche). Ésa fue la noticia que publicó Clarín el domingo y que la oficina de prensa de Alejandra Gils Carbó desmintió, en boca de Fein, al día siguiente. Ésa fue también la noticia que mereció por parte de Capitanich la destrucción en público de una página de ese diario, junto con la de una nota del columnista Eduardo van der Kooy.

¿No era suficiente un desmentido en el caso de que la información no hubiera sido cierta?

Vale la pena hacerse esta pregunta porque la reacción del jefe de Gabinete (que llevó la agresión de la palabra a los hechos) no tenía justificación ni aun en el caso de que la noticia hubiera sido falsa. El periodismo, que es un oficio que debe resolver cosas con ritmo de vértigo, puede equivocarse. ¿Cuántas veces se equivocó el Gobierno en los últimos días con el caso Nisman? ¿Debería la Presidenta, por ejemplo, romper sus páginas de Facebook o quemar las grabaciones de su primera cadena nacional?

Resulta, con todo, que esa información era cierta. Lo confirmó ayer la propia fiscal Fein en un giro dramático sobre sus primeras declaraciones, que habían desmentido la noticia. En el medio, metió la cola la oficina de Gils Carbó, que difundió el primer desmentido y que Fein lo atribuye ahora a un error de interpretación. Comprensible. Fein ya tiene demasiados problemas con el caso Nisman como para sumarle a su vida una pelea personal con la jefa de los fiscales. Otro fiscal aclaró las cosas, tal como seguramente son. El fiscal que está en la jerarquía por encima de Fein, Ricardo Sáenz, denunció que el Gobierno quiere sacar de la causa a Fein y que la oficina de Gils Carbó viene desde hace rato manipulando la información pública...

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