El Gobierno envía un gesto de distensión a la CGT oficialista

Al menos por hoy, durante el tiempo que pueda durar un acto de los gremios industriales, la cúpula de la CGT oficialista callará sus críticas hacia la Casa Rosada. El metalúrgico Antonio Caló jamás diría que la economía está estancada, como lo hizo hace dos semanas, si a su lado hay funcionarios kirchneristas. Mucho menos amenazaría con activar una posible protesta en caso de no haber una respuesta oficial a sus demandas salariales.Con la excusa de oficializar el surgimiento de la Confederación de Sindicatos Industriales, la cúpula de la CGT kirchnerista compartirá hoy, en la sede del Smata, el escenario con la ministra de Industria, Débora Giorgi, y con su par de Trabajo, Carlos Tomada.Caló no cree que hoy pueda haber alguna resolución a sus reclamos sobre la universalización de las asignaciones familiares y la extensión del congelamiento de los precios en los supermercados. Aunque el referente cegetista confía en que será un primer paso para conseguir un encuentro con la Presidenta. Los gremios quieren plantearle en persona a Cristina Kirchner su malestar por lo que consideran fue una módica suba del impuesto a las ganancias y manifestarle su preocupación ante la incertidumbre inflacionaria."La presencia de Tomada y de Giorgi será un gesto político porque no hay todavía definiciones sobre los asuntos que planteamos desde la CGT", dijo...

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